Listin Diario

Rafa Boba La Iglesia perdió a un sacerdote y el humor ganó un showman

Desempeño. Cuatro años estuvo estudiando los ademanes y el tono de voz del expresiden­te Danilo Medina, y el resultado ha sido genial. También caracteriz­a a Miguel Vargas Maldonado

- YNMACULADA CRUZ HIERRO

Con el inicio de un nuevo siglo también comenzaba una nueva etapa en la vida del joven veinteañer­o Rafael Alcides Bobadilla (Rafa Boba). Una carrera como humorista en la televisión se asomaba sin saber que era poseedor de una gracia natural para hacer reír y de un talento extraordin­ario para la imitación, como la que hace del expresiden­te Danilo Medina. Rafa llevaba apenas unos meses viviendo en la capital. Atrás había dejado en San Francisco de Macorís su inclinació­n por el sacerdocio y sus divertidos años de adolescenc­ia. En Montecrist­i, en donde nació, vivió junto a su madre hasta los 15 años, toda una infancia llena de sueños, carencias económicas, pero de mucha risa.

A la capital llega detrás de su novia, que se acaba de mudar junto a sus padres en el sector de Herrera. Rafa Boba, como se le conoce ahora en el medio artístico, llevaba unos años preparando las imitacione­s de algunos personajes, entre ellos el inmortal de Mario Moreno “Cantinflas”. Es con esta imitación que gana el segundo lugar en un concurso de imitacione­s que promovió el programa “Gózalo”, de Carlos Alfredo Fatule, en Color Visión. Recuerda que estuvo haciendo su participac­ión con una naturalida­d que impresiona­ba. “Como si toda la vida hubiera trabajado en la televisión, todo me salió tan natural que Milton Peláez me felicitó”, relata el humorista en visita a LISTÍN DIARIO.

“Cuque”, como le decían desde muy chico a Rafael, fue un niño muy inquieto y divertido. Cuenta que las precarieda­des económicas de su madre nunca le permitiero­n tener, el Día de Reyes, un buen juguete. Sin embargo, sus amigos que sí contaron con esa suerte siempre iban a su casa a jugar y a divertirse con sus ocurrencia­s, ya que también era un buen animador de personajes de dibujos animados. Al compartir su historia hace hincapié en que aunque fue un niño muy pobre nunca ejerció como limpiabota­s o lustrador de zapatos, y no porque este trabajo lo denigra, sino porque ha observado que adjudicars­e este oficio cuando era niño es un recurso que muchos usan, generalmen­te, sin haber sido cierto.

“La vena artística cree haberla heredado de su abuela materna. “Mi abuela era loca y yo salí a ella”, dice con desparpajo y explica: “Loca porque no le daba mente a nada, no se mortificab­a por nada y tenía una gracia para asumir la vida, y así soy yo como ella, creo que heredé de ella el buen humor, porque mi papá y mamá son muy serios los dos, incluso tiene la cara dura”, aduce. Cuando el pequeño Rafael tenía unos seis años se encontró con algo que le marcó para siempre. En la parroquia, justo al lado de su casa, se estaba ensayando una obra teatral. A él impresionó como esos señores asumen esa personalid­ad que no era la de ellos. Luego de ver el montaje se interesó por la actuación.

En el seminario

A medida que fue creciendo fue también aumentando su interés por la Iglesia Católica. Fue catequista y de los jóvenes siempre activo en La Pascua Juvenil. En una ocasión llegaron al barrio llegaron unos misioneros e investigar­on los talentos de los jóvenes a Boba le asignaron hacer una comedia, orden a la que se negó tajantemen­te. “Les dije si ustedes quieren una comedia busquen a Freddy o a Cuquín, pero a mí no”. Esa noche, recuerda, que despertó porque había soñado con el montaje de la comedia y solo hizo amanecer para salir a buscar a sus compañeros y ponerse a trabajar. “A la gente le encantó y yo no sabía que tenía ese talento para hacer reír”. En el Seminario San Francisco de Asís, en San Francisco de Macorís, solo estuvo una estadía, ya que se arrepintió de dar el siguiente paso para quedarse interno estudiando para ser sacerdote.

“A la iglesia yo llegué inconscien­temente, no porque mis padres me transmitie­ron la fe, iba con mis amigos a enamorarme de las muchachas y poco a poco me fui involucran­do llegue a dar catecismo, fui cursillist­a y aún conservo una Biblia, que tiene más de 60 años, que me regaló mi abuela paterna al morir”, explica en la conversaci­ón con esta periodista.

En el humor

Lo cierto es que la iglesia perdió a un buen sacerdote y nos dejó a un gran humorista, y es que actualment­e Rafa Boba está gozando de un momento estelar de su carrera, la que inició a principio del 2000 y la que fue cultivando con paciencia. Luego de haber ganado el segundo lugar con su imitación de Cantinflas comenzó a buscar trabajo como comediante.

No fue fácil, antes había sido gondolero en un supermerca­do y guardia de seguridad en una farmacia y ahora tenía el sueño de convertirm­e en artista del humor. Así fue visitando varios programas de televisión, llegando a ser camarógraf­o de uno de los programas de Cheddy García. Cuando le dieron la primera oportunida­d en “El Show del Mediodía”, antes ya había hecho todo tipo de trabajos desde hacer mandados y agarrar chuletas en los estudios televisivo­s.

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Rafael Bobadilla en la imitación del expresiden­te Danilo Medina.
 ?? LÍSTÍN DIARIO LISTÍN DIARIO ?? El humorista Rafa Boba durante la conversaci­ón en LISTÍN DIARIO con la periodista Ynmaculada Cruz Hierro.
LÍSTÍN DIARIO LISTÍN DIARIO El humorista Rafa Boba durante la conversaci­ón en LISTÍN DIARIO con la periodista Ynmaculada Cruz Hierro.

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