Nuevo inicio de clases
EDITORIAL
Cada inicio de clases no solo es el retorno a las aulas de niños, jóvenes y maestros, para preparar los recursos humanos que volverán a reencontrarse, luego de las vacaciones. También constituye el reinicio del proceso educativo, así como del interminable accionar en búsqueda del saber, de la capacitación científica, técnica y social para el mañana.
Por eso la escuela es una instancia social y cultural a la que el mundo moderno le ha asignado una tarea específica, pero transcendental: preparar y educar al ciudadano, no solo del presente sino incluso del futuro, esperando que los educandos la asuman. Confiando además, en que adquieran un conjunto de habilidades y destrezas, mínimos y necesarios, para que se incorporen co- mo la futura fuerza productiva y laboral que cada país requiere.
Precisamente por esto, siempre el inicio de clases genera grandes expectativas, que se concentran en múltiples aspectos. Estos corresponden a los que la sociedad de hoy demanda, a los que el sistema ha diseñado y contempla en su propuesta curricular, en los diferentes planes y programas de cada nivel, especialización y carrera.
Pero también los padres de familia dirigen su esperanza y optimismo hacia él. Esperan que la escuela que escogieron para la educación de sus hijos les proporcione lo que las condiciones de hoy exigen y demandan. Niños y jóvenes volverán al ritual cotidiano de encontrarse con sus compañeros de aula, donde se suelen crear grandes amistades que trascenderán los pupitres, los horarios y las clases.
Incluso los maestros, porque para ellos no solo debe significar “volver a la jornada laboral” y al cumplimiento del deber, con vocación o sin ella, sino porque las nuevas condiciones plantean grandes cambios en la educación. Hoy se les pide calidad de trabajo, idoneidad, capacidad y una cada vez más exigente preparación. Ya pasaron los tiempos de improvisación y espontaneidad. Es la hora de reconocer que es la combinación compleja de vocación, solvencia científica, pedagógica, sicológica y valores sólidos, la que puede asegurar que los productos de su trabajo educativo serán de calidad.
Esto es lo que espera, a partir de hoy y hacia mañana, la ciudad y el litoral. Esta es la tarea y esas las expectativas ciudadanas ante este nuevo inicio de clases para la región.
Por eso la escuela es una instancia social y cultural a laqueelmundo modernoleha asignado una tarea específica, pero trascendental: preparar y educar al ciudadano... incluso del futuro...’.