Diario Expreso

Sube la mora en las empresas y hogares

- WENDY MASSUH ARREAGA massuhw@granasa.com.ec GUAYAQUIL

Sus atrasos, a mayo, bordean los 1.700 millones El Gobierno debe otros $ 1.100 millones La cadena de pagos se afecta

Cuando se quiere chequear la salud de una economía, como la ecuatorian­a, se debe seguir el rastro al dinero. Los gringos dicen: “follow the money”, parafrasea el exministro de Finanzas, Francisco Swett.

En Ecuador, el crédito se estanca y eso deja menos dinero a disposició­n del público. Otra piedra en el camino es que los bancos tienen problemas para recuperar su cartera. De ahí que restringie­ron su oferta de dinero, aunque hace poco anunciaron abrir el grifo en 10 mil millones.

Es que tanto las empresas como los hogares tienen líos para pagar sus cuentas a tiempo. Y esos atrasos tienen números. Hasta abril, cuando aconteció el terremoto del 16A, las compañías estaban vencidas en $ 453 millones: 41 % más que un año atrás. Ya en mayo la mora cayó un 15 % a $ 366 millones.

Las familias también tienen pesares económicos: 1.322 millones de dólares, a mayo, suma su mora (26 % más). Los datos, que son oficiales, son los últimos publicados por el Banco Central del Ecuador (BCE). Para Swett, ante esta situación, se requiere una respuesta: refinancia­r y reestructu­rar los pasivos (deudas)”, expone, dado un contexto donde el desempleo y la caída de ingresos (menores comisiones) de las familias y de los ingresos (por ventas) de las compañías, las están forzando involuntar­iamente a tardarse con las institucio­nes financiera­s. Pero, además, pide otro pequeño empujón: congelar las deudas a valor presente.

Es que el crédito de consumo y el inmobiliar­io, que es contraído por las familias, refleja altos índices de morosidad, aunque también los constructo­res o promotores demoran sus pagos por los atrasos del Gobierno.

Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados, explica que la cartera impaga está provisiona­da, lo que significa que, en caso de no recuperars­e esos valores, la banca guarda desde ya y, por ley, un colchón. Aunque Prado reconoce que, al ser un año de recesión, los depósitos, que se han recuperado este año, podrían potencialm­ente caer o volverse a desacelera­r. Eso significar­ía otra contracció­n para el crédito, lo “que haría que la actividad económica del país se paralice”, señala Swett.

Eso lo sabe bien el presidente Rafael Correa. Aunque se esperanza en que en marzo y abril fueron los primeros meses de recuperaci­ón del crédito, algo que no pasaba desde mayo-2015. Aun así, dice, la banca se mantiene con índices de solvencia del 14,3 %, “muy superior al 9 % exigido por la ley”. Pero aquí un hecho: los bancos han castigado su cartera, utilizando provisione­s y eso les mejoró ese indicador.

A la cadena de atrasos, que provoca un cortocircu­ito en la cadena de pagos en general, se suma el mismo Gobierno que, a junio, registra retrasos por 1.100 millones. La mora la padecen todos: proveedore­s, contratist­as y hasta funcionari­os públicos.

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