Represión inútil hace 206 años
EDITORIAL
Dictaduras y tiranías, y también algunos gobiernos democráticos, cuando pierden las riendas del buen sentido con el cual se debe gobernar y extravían las reglas básicas del consenso y disenso, acuden a represiones y masacres violentas. La historia registra múltiples momentos de países en los cuales se dieron crímenes horrendos para detener la búsqueda de libertad.
Esta situación hoy podemos censurarla y rechazarla, pues ahora existen la ONU, el derecho internacional, penas y sanciones. Hace 206 años en la capital de la Real Audiencia de Quito se efectuó una brutal represión contra el pueblo y el asesinato de los principales dirigentes de la insurgencia de agosto de 1809. Esta es una fecha importante del calendario histórico que marca un hito en las luchas por la independencia y que no se debe omitir porque de ella se derivan lecciones que los ecuatorianos aprendieron y que nunca deben olvidar. La primera dice que los pueblos, líderes y hombres y mujeres que buscan la libertad, se abrazan a sus luchas y no escatiman acción por conquistarlas. Esto deja experiencias y valoraciones de ellas. La segunda establece con certeza cuán irracionales e inútiles resultan ser las políticas y medidas que buscan contener las manifestaciones ciudadanas para mantener el dominio y el control del poder político.
Luego de esa horrorosa matanza y monstruoso crimen, los ecuatorianos aprendieron y comprendieron cuánto tenían que hacer y qué precio debían pagar para conquistar la libertad. Por ello, ese aprendizaje de ayer no debe que- dar en el pasado. De él debieran aprender los gobiernos del presente para tomar conciencia de que es infructuosa cualquier acción represiva y totalitaria que busque frenar y terminar con el anhelo de libertad que hoy tienen los ciudadanos.
Que esa masacre del pasado sirva para asimilar cuán valedero e importante es reconocer que la represión violenta y brutal no detiene la lucha de los pueblos por la libertad.
En sentido metafórico, podemos decir que la matanza y los crímenes del 2 de Agosto de 1810 fueron vengados el 9 de Octubre y de 1820 y refrendados como victoria definitiva por la libertad el 24 de Mayo de 1822. La lección fundamental de la historia es que los actos represivos y la violencia brutal contra los pueblos que anhelan la emancipación siempre resultan ser inútiles y absurdos.
Los actos de represión y la violencia brutal contra los pueblos que anhelan la emancipación siempre resultan ser inútiles y absurdos’.