La campaña política por la institución militar
Los militares retirados ofrecen su voto a los candidatos opositores
Los militares en servicio pasivo entraron de lleno en la campaña electoral, apostando por los candidatos presidenciales que figuran en el segundo, tercer y cuarto puesto, según las encuestas: Guillermo Lasso, Cynthia Viteri y Paco Moncayo.
Participan en sus concentraciones, se organizan para cuidar los votos en las juntas receptoras el 19 de febrero y hacen campaña a través de las redes sociales en contra del oficialismo.
El caballo de batalla de los militares pasivos es la reformada Ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, a la que atacan a través de cuentas de Twitter y Facebook, con mensajes como el siguiente: “Soldado ecuatoriano, piensa cuál es la mejor decisión que debes tomar hoy. No olvides que tú y tu familia merecen una vida mejor”.
El gran objetivo, dice el general (r) José Luis Castillo, es lograr, con el apoyo de la familia militar (unos 500.000 votos), el cambio a un gobierno que res- pete la institucionalidad de “las gloriosas Fuerzas Armadas, que no dieron ni un paso atrás en la Guerra del Cenepa”.
Una postura compartida por el general Raúl Banderas, excomandante de la Fuerza Aérea; el almirante Hugo Unda, exministro de Defensa; los almirantes Alan Molestina, Jhonny Estupiñán; además del capitán Milton Muñoz y el suboficial mayor César Delgado. Todos ellos lideraron ayer el encuentro de la familia militar con el aspirante presidencial Guillermo Lasso (CREO), con el que firmaron un acuerdo nacional, en el salón Los Presidentes del Centro de Convenciones de Guayaquil.
Lasso prometió, a viva voz, restablecer el respeto a la jerarquía y la disciplina militar, para terminar con el intento de dividir a la tropa de los oficiales, y nombrar como ministro de Defensa a un militar retirado.
Pero no es el único que lo ofrece. También lo han hecho la socialcristiana Cynthia Viteri y el general Paco Moncayo (Izquierda Democrática). Por ellos también apuestan otros militares retirados que acompañan las concentraciones y las caminatas, pero que