Guayas y las elecciones
EDITORIAL
Desde su fundación, el peso político y económico de la provincia del Guayas ha sido reconocido y aceptado por el Ecuador. Dicha entidad cubrió en sus inicios un enorme territorio, que al paso del tiempo y con la concreción de las justas aspiraciones de autogobierno de las zonas aledañas, en muchas ocasiones derivadas de la desidia en brindarle los servicios indispensables, fue perdiendo sus límites originales en desmedro de su extensión inicial.
Así, la creación de la provincia de Los Ríos durante el gobierno de García Moreno y más recientemente la provincia de Santa Elena, en el actual régimen, la redujeron notablemente en su tamaño.
A ello hay que sumarle otras pérdidas territoriales derivadas de la fijación de límites internos con las provincias vecinas, tal cual la zona largamente disputada con la provincia de Manabí, conocida como la Manga del Cura.
Debido a que pese a ello el crecimiento de la población del Guayas y de Guayaquil, notablemente incrementada por los migrantes que siguen llegando de las provincias aledañas en busca de trabajo, educación o salud, la mantiene como la primera potencia electoral del país, es justificada la sospecha planteada por su prefecto provincial, en cuanto a una reciente decisión del Comité Nacional de Límites Internos, que la cercenaría en cerca de 250 kilómetros cuadrados.
“No quiero creer que la posición política del prefecto tenga que ver con esa decisión”, ha señalado el prefecto del Guayas, pero es motivo para así pensarlo cuando las pruebas aportadas por su prefectura, al parecer no han sido debida- mente consideradas, tal cual ha sucedido con las de las otras partes.
Estando en pleno desarrollo de un proceso electoral resulta en efecto al menos inadecuado, que se intente resolver asuntos que pueden irritar a los electores generando un indeseable clima de tensión.
A lo señalado se debe sumar que en cambio, según lo ha manifestado el alcalde de Guayaquil, en relación con la construcción de una aerovía que resolvería el problema del transporte a un importante conglomerado humano, el ministro de Finanzas ha decidido frenar el trámite hasta después de las elecciones.
Cabe, desde la más absoluta independencia política como medio de comunicación al servicio de Guayaquil y su región, exigir procedimientos alejados de todo electoralismo.
Resulta inaceptable que por conveniencias electorales se atente contra los intereses de Guayaquil y su provincia’.