Ganadores, perdedores “E
l candidato perdedor”. Así se refiere el bloque de AP a Guillermo Lasso. Desde el discurso intentan borrar la realidad y sustituirla por una nueva. Mientras edifican mentiras con unas palabras, evidencian su incertidumbre con otras: ¿amenaza de muerte cruzada si Lasso gana? Estas declaraciones no solo son alucinógenas, sino que terminan con la definición elemental de democracia: el mecanismo para transferir de manera pacífica el poder (Samuel Huntington). Pero más allá que esto, lo que demuestran estas declaraciones es miedo. ¿Desde cuándo el “indudable ganador” siente esto por su adversario? Está claro en panorama general quién ganó y quién perdió. Pero si vemos con mayor profundidad: ¿quiénes ganaron, quiénes perdieron en este proceso? Los ganadores: en primer lugar, Dalo Bucaram. Una campaña extraordinaria que logró consolidarlo como “el único capaz (con la valentía suficiente) de denunciar al correísmo”. No solo eso, su presencia en el CNE durante el conteo lo posicionó en el imaginario político como el candidato que sobrepone los intereses del país sobre los personales. Se separa de un apellido sin serle desleal. Construyó su futuro político, dalo por hecho. Los otros ganadores: SUMA y Paúl Carrasco. El primero pasó de un partido sin mayor futuro, a conformar la alianza ganadora. El segundo pasó de ser el prefecto de Azuay, a una figura nacional. Apostaron correctamente. Trabajaron bien durante la campaña. Los grandes perdedores: a diferencia de SUMA, que salió fortalecido, Avanza con Ramiro González, que terminó de hundirse. El mayor perdedor lo mencioné al principio. Quien le sigue es sin dudarlo Jaime Nebot y el PSC. No solo se convirtieron en los “divisores de la oposición”, poniendo en riesgo la posibilidad de cambio. Sino que electoralmente (en términos de puestos en la Asamblea, por ejemplo) perdieron ante su rival, CREO, permitiendo que se consoliden nuevas fuerzas en el Guayas. Ellos -que aún tienen una influencia enorme en el electorado de provincias, que podrían hacer la diferencia- todavía pueden cambiarse de bando, aún queda una segunda vuelta para hacer historia.