Tusk: Polonia contra un polaco
Se había dado a conocer que ayer 9 de marzo, en una reunión de alto nivel, la dirigencia de la Unión Europea anunciaría el nombre de la persona elegida para presidente del Consejo Europeo. Hasta hace muy poco, el ex primer ministro polaco Donald Tusk parecía tener su reelección en el cargo asegurada. Pero entonces, el 27 de febrero, el Financial Times informó que el Gobierno polaco estaba sondeando la presentación de un candidato alternativo, Jacek Saryusz-Wolski, un eurodiputado del partido Plataforma Cívica, fundado por Tusk. En el Parlamento Europeo, SaryuszWolski integra el Partido Popular Europeo (PPE), al que sirvió como vicepresidente hasta noviembre de 2016. Menos de una semana después, el 4 de marzo, los hechos confirmaron la nota del FT. La dirección del gobernante partido polaco Ley y Justicia ordenó al Gobierno de la primera ministra Beata Szydlo que retirara el apoyo a la reelección de Tusk. El mismo día, el Ministerio de Asuntos Exteriores propuso a Saryusz-Wolski en un comunicado oficial, y este confirmó la propuesta media hora después en Twitter. Fue inmediatamente expulsado de Plataforma Cívica, y el presidente del PPE, Joseph Daul, reafirmó el pleno apoyo de su partido a Tusk. Todos los miembros de la UE, menos Polonia, apoyan a Tusk, así que para negarle un segundo período haría falta una razón extraordinaria; pero Ley y Justicia no ofreció ninguna. ¿Por qué de pronto se volvió prioritario ponerle obstáculos? El único dato que tenemos al respecto es una declaración pública del presidente de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, en la que afirmó: “Donald Tusk viola los principios elementales de la Unión Europea”. Sin ofrecer prueba alguna, Kaczynski acusa a Tusk de incumplir el “principio de neutralidad al apoyar abiertamente a la oposición, que se autodenomina absoluta y busca derribar al gobierno por medios extraparlamentarios”. En realidad, las acusaciones de Kaczynski son mucho peores. Cree que Tusk conspiró con el presidente ruso Vladimir Putin para derribar el avión presidencial polaco que en abril de 2010 llevaba una delegación de dignatarios a Smolensk, para una conmemoración de la masacre de Katyn (la ejecución por orden de Stalin de más de 20.000 militares, policías e intelectuales polacos en 1940). Pero allí donde Kaczynski ve un “golpe”, el resto del mundo (incluidas todas las asociaciones profesionales polacas e internacionales que investigan desastres aéreos) ve un trágico accidente que le costó la vida al hermano gemelo de Kaczynski y a 95 altos funcionarios del Gobierno. En aquel momento, Tusk (que a lo largo de su carrera derrotó a Ley y Justicia en ocho elecciones consecutivas) era primer ministro. Ley y Justicia es un partido que proclama poner la solidaridad nacional por encima de todo (incluso de la Constitución); generó una situación en la que Polonia es el único obstáculo contra un polaco, y provocó una inoportuna conmoción justo cuando la UE debe responder a la pérdida del Reino Unido y al deterioro de la alianza transatlántica. Europa debe rechazar las fantasías paranoides de Kaczynski y mantener a Tusk en la presidencia del Consejo Europeo. Hoy ya sabremos lo decidido ayer.
Todos los miembros de la UE, menos Polonia, apoyan a Tusk, así que para negarle un segundo período haría falta una razón extraordinaria; pero Ley y Justicia no ofreció ninguna’.