Cientos de detenidos en Moscú
kov, presidente de la Federación Internacional de Sambo (FIAS, en sus siglas en inglés).
Cerca de 300 luchadores de una treintena de países compitieron el fin de semana en Moscú en la Copa del Mundo “Memorial Anatoli Jarlámpiev”, única competición internacional de sambo en formato de copa que además rinde homena- je al fundador de la disciplina.
Jarlampíev recopiló y sistematizó las mejores técnicas de los distintos tipos de artes marciales que se practicaban en el extenso territorio de la URSS, aunque esculpió su criatura sobre la base del judo japonés y le añadió elementos de las tradicionales luchas occidentales.
“En la base del sambo están varios tipos de lucha, en primer lugar el judo, pero también artes marciales autóctonas que se practicaban en repúblicas soviéticas” como Azerbaiyán, Uzbekistán o Georgia, y también autonomías rusas como Bashkiria o Buriátiya, apuntó Shestakov.
El nuevo arte marcial, reconocido en la URSS como deporte en 1938, tomó ense- guida dos caminos distintos: uno como modalidad de competición deportiva, con sus reglas bien establecidas; y otro como técnica de combate cuerpo a cuerpo en la que se instruye desde entonces a las fuerzas de élite rusas.
“En el sambo de combate se permiten golpes y llaves que no están aceptados en la variante deportiva. Los sambistas son instruidos en distintas técnicas según sus necesidades profesionales. En el sambo militar se enseña a atacar; en el policial se aprende a inmovilizar a los criminales, mientras que las fuerzas especiales desarrollan sus propias aptitudes”, explicó Shestakov.
A punto de cumplir 80 años de existencia, el sambo se practica en más de 80 países.
“Goza de una gran popularidad en muchas partes del mundo. En España se practica un buen sambo. Y en América Latina ha ganado adeptos gracias a Fiódor Yemeliánenko”, que siendo sambista ha ganado cuatro campeonatos mundiales de artes marciales mixtas, señaló el presidente de la FIAS.
El sambo ya ha conseguido entrar en los programas de los Juegos Europeos, que se estrenaron hace dos años en Bakú, y de los Juegos Mundiales Universitarios (Universidas), pero a juicio de los sambistas falta la guinda del pastel: que el arte marcial ruso se convierta al fin en deporte olímpico.