Militares extreman su protección en los patrullajes
La retención temporal de dos marinos obliga a reforzar su seguridad
Las Fuerzas Armadas extreman, cada vez más, las medidas de seguridad en la frontera norte, con la finalidad de precautelar la integridad del país, pero también la de los uniformados que patrullan los 700 kilómetros de línea territorial con Colombia.
Cada vez que salen de patrullaje, los militares ponen en práctica los máximos cuidados que les impidan poner en riesgo su vida. El acercamiento a los pobladores también es cuidado, porque hay personas dedicadas a actividades ilícitas que pueden reaccionar de forma violenta a las acciones de control.
La retención temporal el martes de dos infantes de Marina ecuatorianos en el lado colombiano, por personas que traficaban con combustible desde el muelle de Puerto El Carmen (Putumayo, Sucumbíos), es uno de los riesgos que los uniformados enfrentan a diario, en su tarea de vigilar la frontera norte, donde confluyen una serie de actos delictivos, entre ellos el contrabando de productos y combustibles, extorsiones, secuestros y el tráfico de armas, precursores químicos y droga.
Según fuentes militares, las personas inmiscuidas en las actividades ilícitas tratan de desprestigiar a los miembros de las Fuerzas Armadas porque frenan sus acciones.
Para evitar atentados a su integridad física o enfrentamientos con pobladores, de los que ya hay antecedentes, los militares en la frontera no pueden salir de sus unidades durante la noche, cuando están francos, ni acudir a lugares de diversión.
Otra medida de seguridad y protección es que quienes patrullen la frontera no deben vivir en esas provincias y la forma de trabajo es veintiún días de patrullaje y siete días libres, para que puedan retornar a sus respectivas provincias.