Las tinieblas engullen al Parque Centenario
Debido a la falta de luz, la prostitución e inseguridad proliferan
Ironía, es que el Parque Centenario, hogar de la Columna a los próceres del 9 Octubre, donde se alza la antorcha de la libertad, se suma en la oscuridad cada noche.
Pero es la realidad, una realidad que ya denunció el mismo alcalde Jaime Nebot, el pasado martes, cuando arremetió contra las recicladoras que están comprando el cableado eléctrico robado de aquel y otros parques de la ciudad, un delito que le cuesta al Cabildo no menos de 500 mil dólares al año combatir. Y reponer.
Durante el día, los alrededores del parque ubicado en el corazón de la av. 9 de Octubre, a la altura de Lorenzo de Garaycoa, son altamente transitados por turistas y ciudadanos que se desplazan hacia los incontables comercios que tapizan con sus marquesinas el tradicional bulevar. Pero, por la noche, el escenario cambia radicalmente; quienes caminan por ahí lo hacen a paso veloz, por el temor a ser asaltados. Así lo expresó, Freddy, quien debe pasar por esas calles todas las tardes.
En los alrededores del parque, decenas de negocios también se han visto afectados por la escasa iluminación. A decir de Cinthia Chávez, administradora del local ‘El Frutal’, este tipo de entornos atrae la atención de los delincuentes. “Aquí se paran, hay peleas, incluso el otro día hubo un problema con el local de venta de películas de junto”, señaló.
Pero los ladrones no son los únicos que se han visto atraídos por la falta de luz en el sector, así lo explica José Aníbal Figueroa, quien habita frente al Centenario desde hace más de una década. Según Figueroa, durante los últi- El alcalde Jaime Nebot entregó becas de estudio a 237 estudiantes ganadores del programa municipal de excelencia ‘Jóvenes Ejemplares’. Por las noches eso ni parece un parque, porque no hay nada de luz y eso no debería ser así. mos años ha habido un alarmante aumento en el número de trabajadoras sexuales que pululan por el área.
En un recorrido nocturno, EXPRESO pudo constatar las denuncias de los ciudadanos, que esperan mayor presencia de las autoridades. “Eso (Unidad de Policía Comunitaria) no existe; en la noche, a las 9 o 10 ya no queda nadie y en la mañana solo hay un policía”, señaló Figueroa, refiriéndose al UPC ubicado en el interior del parque, desde hace ya varios años.
La necesidad de mayor presencia policial ha llevado a que algunos negocios, como el de Marisol Toledo, a contratar los servicios de una empresa de seguridad privada.
Su restaurante de comida criolla, aunque no ha sido víctima de asaltos, sí ha resultado afectado por la reducción de clientes en horas de la noche. Ella asegura que “... la gente duda si pasar por estas calles porque además de oscuras, son desoladas”.
Con el fin de evitar incidentes, las puertas del Centenario se cierran durante el ocaso, una medida que no es del agrado de todos, especialmente para aquellos que transitan por la calle 6 de Marzo y se ven forzados a rodear el escasamente iluminado parque para llegar a la Primero de Mayo donde funciona el paradero de TaxiRutas que van a Durán.