Diario Expreso

Peregrinac­ión a Schoenstat­t en honor a la Virgen María

Nueve parroquias participar­on de la caminata, ayer

- DSZ

Todos caminaron hacia el mismo destino, acompañado­s de rosarios, escapulari­os, velas y rosas. Todos lo hicieron en la madrugada. El frío y la lluvia poco importó.

Ayer, decenas de feligreses de nueve parroquias de Guayaquil, entre ellas María Madre de Los Ceibos y San Antonio María Claret (Urdesa), participar­on de la peregrinac­ión mariana 2017, organizada por el Movimiento Apostólico de Schoenstat­t, como cada año, en honor a María.

Cada agrupación partió desde su templo hacia el santuario de la Madre Tres Veces Admirable, ubicado en el kilómetro 4,5 de la av. Juan Tanca Marengo.

Los integrante­s de la parroquia Santa Teresita de Entreríos, por ejemplo, iniciaron su romería pasadas las 03:00.

Cantando y orando, según cuentan, cruzaron el puente de la Unidad Nacional y otras avenidas, como la Benjamín Rosales y Agustín Freire, para cerca de las 06:00 llegar al santuario, cuyo ambiente era de paz y participar de la santa misa al aire libre, rodeado de música, árboles, plantas, aves.

El acto fue celebrado por el arzobispo de la ciudad, monseñor Luis Cabrera, quien en su sermón no solo habló de la Virgen y sus actos de amor, sino de la canonizaci­ón de Francisco y Jacinta Marto, dos de los tres niños pastores que hace 100 años en Portu- tales de arroz (13 toneladas) para cinco meses, 1.200 libras de carne, 10 quintales de cebollas y 12 de papas, 300 libras de camarón y 300 de pescado. Parte de los productos se terminarán al gal, aseguraron haber visto a la Virgen de Fátima, y ayer se convirtier­on en santos (ver pág. 22).

Durante la celebració­n, que duró un poco más de dos horas, los devotos no dejaron de sonreír, pero tampoco de llorar. Fue el caso de Xavier Castro, manabita de 64 años, que perdió a 3 miembros de su familia en el terremoto que azotó al país en abril del año pasado. “Estoy aquí porque necesito fuerzas, motivos para avanzar sin temor”, precisó nostálgico.

Desde 1979 esta caminata se ha realizado en Guayaquil, siempre en víspera del Día de la Madre, y con fieles de otras provincias. El año pasado cerca de 14.000 personas participar­on en ella. Se estima que este año el número sea similar. cabo de 21 días, por lo que habrá reabasteci­mientos en los puertos en que atraquen.

La carga está terminándo­se de acomodar en los distintos compartime­ntos, mientras se afina también el amarre de los cabos, las velas y los detalles de la ceremonia de despedida, que será el martes, a las 09:00, en uno de los muelles de la Base Naval Sur de Guayaquil.

A partir de ese momento, cada tripulante ocupará su puesto y funciones asignados. La única mujer oficial a bordo, la teniente de fragata Paola López, se encargará del régimen de disciplina de las doce guardiamar­inas. El sastre atenderá a quienes requieran sus servi- cios, al igual el odontólogo, que siempre tiene mucho trabajo en los cruceros, el médico, el enfermero, el ebanista.

El capitán Walter Gómez cuenta que, en alguna ocasión, el sastre tuvo que hacer trajes típicos de guayaquile­ñas para la presentaci­ón en un desfile.

Pero ello, dice, que en el Guayas no puede faltar ni fallar nada durante la travesía. La que comenzará el martes terminará el 5 de septiembre, en el mismo punto de partida.

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