LOS CASADOS que viven separados
Están casados y viven en casas separadas. Son como una especie de noviazgo eterno, con quien comparten su vida, se aman, pero ellos deciden en qué momento dormir juntos. Esta forma de relación de pareja ya tiene nombre propio: LAT o ‘Living Apart Together’ (viviendo en casas separadas), una tendencia que inició en Europa, se hizo popular en Estados Unidos y hoy se ha impuesto en varios países de Latinoamérica.
A pesar de que no existe un estudio en el Ecuador que diga cuántos son los matrimonios que no comparten techo, todos los expertos consultados afirman que esta novedosa forma de vivir la relación no es nueva en el país. En su mayoría, es adoptada por las parejas de 50 años en adelante, según la orientadora familiar María Teresa Suárez-Avilés, copropietaria de Edad Dorada, un centro recreativo para adultos mayores.
¿Las razones? “Generalmente son las parejas que vienen de un divorcio, separación o viudez, y tienen hijos de su primer matrimonio”, comentó la experta. Asimismo, la tendencia ‘LAT’ es aplicada en aquellas personas que trabajan y estudian en el exterior o las que valoran su independencia y no quieren cambiar sus hábitos.
Uno de esos casos es María, de 51 años, y Javier, de 55, una pareja guayaquileña que vivió en domicilios separados por 10 años en la misma ciudad, y que ahora, luego de que sus hijos de su pareja anterior estudian fuera, se mudaron a una misma residencia. “Es por un tema económico, cada quien quiere manejar sus propios gastos, y aún más si cada uno tiene hijos propios”, ex- plicó la orientadora familiar.
Para algunos, sonará egoísta y absurdo, sin embargo, según el psicólogo clínico Jorge Luis Escobar, en lugar de prejuiciar esta elección de vida, es preferible entender lo que cada pareja necesita para construir una relación duradera y los favorezca.
“Seis años después de di- vorciarme me volví a casar. Yo vivía con mis tres hijos adolescentes en Guayaquil, y mi esposo trabajaba en Quito, por lo que nos veíamos solo los fines de semana. Al inicio pensábamos que era temporal hasta que consiga otro trabajo, pero nos acostumbramos a ello, de modo que vivimos separados hace ya cuatro años. Y es la mejor decisión que hemos tomado”, explicó la publicista Camila Acosta, de 49 años.
La modalidad de la convivencia separada tiene más de 50 años aplicándose, explica el psicólogo “y lo de dormir en distintas camas es de la época de nuestros bisabuelos. Es como la moda de la minifalda, retorna cada cierto tiempo”, comparó el profesional.
Y aunque no existe una poción científica para el amor, las parejas ‘LAT’ han encontrado una sustancia para fortalecer su relación.