Cambio de actitud
El 24 de mayo próximo empieza el ejercicio de la presidencia de la República el licenciado Lenín Moreno. Comienza su gestión luego de una década ganada para el 50 % de los ecuatorianos, o de una década perdida para el otro 50 %. Esta es la realidad. El nuevo presidente inicia sus gestiones con un país polarizado. Esta situación, que conoce perfectamente bien, lo debe obligar a un cambio de actitud para que pueda cumplir tanto con sus ofertas de campaña electoral, como para que sea consecuente con todo el pue- blo ecuatoriano, que en las urnas exigió conducir los destinos nacionales por otra ruta.
El presidente entrante en más de una oportunidad ha expresado que va a mantener desde el primer momento de su gestión un diálogo abierto y sincero con todos los sectores del país. Este ofrecimiento, los ecuatorianos esperamos que no sean simples palabras, sino una realidad evidente porque el diálogo solo no es suficiente: son necesarias acciones reales. Hay que reconocer que el “diálogo abierto entre diferentes maneras de pensar y de actuar es una condición cada vez más importante y de hecho crucial, para la supervivencia compartida”, como lo analiza muy claramente Zygmunt Bauman en su obra Ceguera moral. Este diálogo lo espera el Ecuador para que se destierre, desde el poder político, la intemperancia, el ego superlativo, la diatriba, el insulto gratuito, el encontrar enemigos en los adversarios, y en creer que en el país hay buenos y malos; buenos los que piensan como el gobierno, y malos los que disienten de esa manera de pensar.
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