Dumoulin vuela entre los grandes
TYEl ciclista holandés se proclamó ayer campeón del Giro de Italia 2017. Le negó el título a Quintana por 31 segundos en la clasificación
om Dumoulin se acaba de convertir en el primer holandés ganador del Giro, un hito histórico para el ciclismo de su país, que no subía a la cima del podio en una de las tres ‘ grandes’ desde que en 1980 Joop Zoetemelk se impuso en el Tour de Francia.
La edición número 100 de la prueba italiana pasará a la historia como la carrera en la que le arrebató la ‘maglia’ rosa al colombiano Nairo Quintana (Movistar) por 31 segundos.
Si bien la crono del contrarreloj final de 29 km, con inicio en el autódromo de Monza y final en la plaza del Duomo de Milán, fue ganada por el también holandés Jos van Emden (Lotto NL), Quintana aparecía como líder en la última etapa, aunque con escaso margen sobre sus principales perseguidores, especialmente con Dumoulin, el mejor contrarrelojista de todos ellos, que estaba a 53 segundos del colombiano.
En el desarrollo de la carrera, pronto se vio que el líder de Movistar iba a tenerla difícil de superar cuando en el primer paso intermedio, a 20 km de la meta, Dumoulin le había recortado ya 31 segundos. Quintana mejoró en la segunda parte, pero acabó cediendo 1:24 respecto a Dumoulin (y 1:39 respecto al ganador de la etapa), por lo que el sueño de repetir el triunfo del Giro de 2014 se esfumó para el colombiano, así como su objetivo de ganar esta temporada Giro y Tour de Francia. “Es una locura, no sé qué decir”, fue lo primero que acertó a declarar el holandés, quien vio por televisión la llegada de Quintana y saltó de alegría en cuanto se confirmó su victoria.
“¡Es un sueño! Cuando crucé la meta, todo el mundo me decía que había ganado, pero casi me vuelvo loco aquí sentado”, manifestó después sobre el apretado final.
Triunfo inapelable del hombre nacido hace 26 años en Maastricht, la ciudad fundacional de la Unión Europea. Un chico alto, poderoso, tranquilo y detallista cuando de competir se trata. Una nueva figura del ciclismo, que a diferencia de otros muchos no nació con la bici junto a la cuna.
La familia Dumoulin no era precisamente un caso de amor y entrega al ciclismo. El joven Tom soñaba con ser futbolista, pero al ver que su evolución no era la esperada decidió buscar otra actividad para probar y, sobre todo, divertirse. Unas cuantas salidas con sus amigos en bici lo convencieron de que el ciclismo era su deporte. Hoy ya vuela entre los grandes.