¿Continuismo?
EDITORIAL
Se ha cumplido el primer mes del nuevo gobierno, y no se anuncia aún una propuesta de política económica. Este letargo se debe a que el cuadro de autoridades económicas continúa en funciones prorrogadas desde la anterior administración. El resultado de su gestión ha permitido la inflación descomunal del aparato estatal, y mal se puede esperar que den marcha contraria.
Hemos advertido en otro momento que la reducción del tamaño del Estado no es un tema económico y conceptual, sino operativo y, por cierto, profundamente político. Pero es un asunto que, candente o no, debe ser acometido por las autoridades por la sencilla razón de que la situación vigente es insustentable. No hay recuperación, como feliz- mente se lo anunció, y las finanzas ecuatorianas están a tal punto comprometidas que, aun cuando el precio del petróleo fuese de $50 por barril, existiría déficit en las cuentas del sector público consolidado.
No es una novelería aquello de que el sector privado tome el liderazgo en las tareas de formación de capital. Es una necesidad si no queremos permanecer como una economía estancada en su crecimiento, y sujeta a presiones sociales cada vez mayores. Ello nos lleva a reiterar que es hora de que el Gobierno tome posiciones concretas respecto de temas de fondo en el régimen tributario.
La inversión privada no crecerá mientras se mantenga la actual estructura de tributos que castigan el ingreso de capitales, e incorrectamente se denominan
Este letargo se debe a que el cuadro de autoridades económicas continúa en funciones prorrogadas desde la anterior administración’.