El muro provoca un roce diplomático con Perú
La cancillería nacional lamenta el llamado a consulta del embajador
El Gobierno de Perú llama a consulta a su embajador en Ecuador, Hugo Otero, como respuesta a la construcción de un muro como parte del parque lineal en la franja derecha del canal internacional de Zarumilla. “La decisión se ha tomado teniendo en consideración que el Gobierno del Ecuador ha construido un muro... a pesar de los pedidos formulados por el Perú para que paralice la obra”, reza parte del comunicado publicado ayer en la página web institucional de la cancillería del vecino país.
El Gobierno de Ecuador, horas después y por la misma vía, lamenta la decisión y reitera su disposición “de mantener una reunión en el curso de esta semana, a nivel de cancilleres, pa- ra abordar este y otros temas pendientes respecto a las obligaciones que tienen ambos países en el canal de Zarumilla”. Este pedido, sigue el comunicado, fue formulado desde la semana pasada sin obtener una respuesta por parte del Perú.
A comienzos de junio, el Gobierno del sur había manifestado su preocupación y solicitado a su par de Ecuador información sobre la construcción del muro en la zona de frontera entre la localidad ecua- toriana de Huaquillas y la peruana de Aguas Verdes.
Ecuador sustentó entonces que la construcción del muro se debía a que la obra “evitará, fundamentalmente, las inundacio- nes que cada año afectan a la población de frontera” y aclaró que cumplía con todos los convenios establecidos. La cancillería vecina insiste en que la obra representa un incumplimiento del numeral 21 del Acuerdo de Bases, que es parte de los Acuerdos de Brasilia de 1998, mediante el cual Ecuador se obligó a dejar una franja de 10 metros al lado derecho del canal para que ambos países pudieran realizar su mantenimiento y limpieza.
Para comprender el impacto de la decisión peruana es necesario saber el significado de un llamado a consulta como medida diplomática. Andrea Balda, catedrática de la Universidad Casa Grande y especialista en Relaciones Internacionales, explica que la herramienta representa una señal de inconformidad tácita por la decisión de un Gobierno que pueda llegar a afectar a otro. “No es todavía una situación de preocupación, pero es un mensaje más fuerte... No implica ningún tipo de ruptura diplomática”, precisa.
Ecuador apela al diálogo como mecanismo para superar esta divergencia.