La popularidad en lo alto
La figura de Lenín Moreno goza de calificaciones saludables en su arranque La credibilidad en la Presidencia se recupera
La institución de la Presidencia de la República vuelve a tener credibilidad. Las primeras mediciones al entrante Lenín Moreno dan muestra de buena salud en las calificaciones políticas de los ciudadanos, según las casas encuestadoras Cedatos y Perfiles de Opinión.
En su arranque, Moreno aprueba a criterio de 7 de cada 10 ecuatorianos en su incipiente gestión y goza de una credibilidad similar.
Esta segunda cifra marca una anotación a favor de la Presidencia de la República, que había visto minada l a confianza en su palabra desde mayo de 2015, cuando el entonces presidente Rafael Correa enfrentó sostenidas manifestaciones callejeras en su contra. Y vio caer en picada su hasta entonces estable credibilidad política desde el 60 % que mantuvo en promedio hasta el mínimo de 30 %, también en promedio de las principales firmas encuestadoras, con el que entregó la banda.
El nuevo líder de Alianza PAIS inicia con una valoración positiva del 65 %, según Cedatos, y 84 %, según Perfiles de Opinión; los números son similarmente positivos a la estridente entrada de Correa a Carondelet, una década atrás. Cuando su calificación alcanzaba el 78 % según Perfiles de Opinión, y 65 %, según Cedatos. Porcentajes generalmente estables hasta 2015, cuando se produjo el desgaste evidente.
Desde entonces, con las comunes diferencias entre una firma de encuestas y otras, la valoración del expresidente se convirtió en minoría. En algunos casos registrando desaprobaciones cercanas al 60 %, en su último mes de mandato.
En contraste con Correa, Moreno, quien goza de aceptación parecida, tiene a su favor un mayor índice de sobresalientes: 2 de cada 10.
La cifra de arranque de Moreno le concede una lectura positiva a su gestión, considerando que ganó la presidencia por menos de dos puntos porcentuales. Aún así ha logrado subir casi a dos tercios de la población su valoración positiva, apalancada principalmente en un constante y evidente esfuerzo por diferenciarse de la anterior administración, sobre todo, en los detalles.