Llegaron a Monte Sinaí, Quijije, Corozo y Guamán
Compadre aquí estamos en este Guayaquil querido, cual ganado arrejuntado arreados por el destino.
En terrenos invadidos nos venimos a instalar, y con los años corridos logramos al fin legalizar. Aquí supimos acotejar tierra la más prometida, a la que se quiere llegar pa’ mejorarnos la vida. Haciendo una recorrida a simple vista notarán en cada cuadra o esquina amalgama de seres verán.
Unos vienen de Bucay otros son de Palestina, de Riobamba y La Troncal, Río verde o de Tachina. Gente hay de Pichincha Azuay, Napo, Pastaza, El Oro, Loja, Bolívar Manabí o Esmeraldas.
Pueblos se hermanan en esta zona marginal, buscar el bien afanan saliendo de lo rural. ‘Vide’ a mi compa Yagual a don Euclides Quijije, Lauro y Lucio Pasaguay junto a Artemio Quinde.
Lo montuvio se percibe festejando con rodeo, viejas costumbres perviven monta, cepo y caracoleo. Don Chicho de Portoviejo expende café molido, sabroso rompope añejo queso, maní y ponidos. Del mismo campo traídos por mercantes manabitas, productos distribuidos en especiales tienditas. Trio de guitarras pal- pitan junto a la voz del cantor, viejas canciones incitan brindar por el Ecuador.Un Ecuador de todo color país por demás singular, cada pueblo pone sabor mil sabores pa’ degustar. ¿Quién lo iba a imaginar? en esta extraña tierra, amigos iría a encontrar muchos venidos de afuera. Siendo carpintero de ribera experto en embarcaciones, serrucho, hacha, azuela, maceta y varios formones. De árboles transformadores donde Uber Coroso sacaba, las canoas pa’ pescadores bote, chalupa y balandra. Compartieron merienda estos amigos encontrados, arroz, pescado, menestra, locro de papas y encocado. Improvisando amorfinos como manda la tradición, pa’ deleite de los amigos Quijije hizo improvisación.
Monte Sinaí se llamó aquel histórico terreno.