Diario Expreso

Iniesta dice que los España-Italia “se han convertido en un auténtico clásico”

- Jefe del comité organizado­r del Mundial ROMA EFE

Rusia tiene prácticame­nte armada la fiesta. La sede del Mundial 2018 encara la recta final de los preparativ­os con un solo fin: evitar l os errores que cometió Brasil.

Por ello, cinco estadios ya están acabados y los dos restantes serán entregados a fin de año.

“Estamos preparados o casi preparados. Tenemos experienci­a en la organizaci­ón de dos Juegos Olímpicos (Moscú 1980 y Sochi 2014), así que no creo que haya ningún problema para organizar el Mundial”, comentó Nikolái Písarev, entrenador ruso y antiguo jugador del Mérida español.

El Luzhnikí, que acogerá el partido inaugural y la final del Mundial el 15 de julio de 2018, ha sido el último en retirar el cartel de cerrado por obras y será inaugurado en noviembre próximo por Argentina.

Conservó la histórica fa- chada del estadio olímpico, retiró la pista de atletismo y aumentó su aforo hasta los 81.000 espectador­es, tres mil más que cuando acogió en 2008 la final de la Liga de Campeones entre Manchester United y Chelsea.

Otros cuatro estadios -San Petersburg­o, Spartak Moscú, Kazán y Sochi- ya demostraro­n en la pasada Copa Confederac­iones que pueden acoger partidos internacio­nales.

El jefe del comité organizado­r, Alexéi Sorokin, no dudó en calificar dicho torneo como un “éxito” a nivel organizati­vo.

Con vistas al Mundial, Rusia espera recibir un millón de aficionado­s extranjero­s, a lo que se sumarían un millón y medio de hinchas locales.

Como pudo comprobar la prensa internacio­nal durante la gira organizada por la FIFA por las ciudades sede, el estadio del enclave de Kaliningra­do, encajado entre Polonia y Lituania, también va muy avanzado y podría ser inaugu- rado en marzo.

En Yekaterimb­urgo, la ciudad más oriental del torneo, ya ha sido instalado el césped, al igual que en Nizhni Nóvgorod, que acogerá uno de los cuartos de final, y en Rostov, escenario de uno de los octavos.

Las altas temperatur­as veraniegas es el motivo por el que Volgogrado, la antigua Stalingrad­o, y, en menor medida, Saransk, la ciudad más pequeña del torneo, aún no se han decidido por plantar la hierba.

La mancha negra es la industrial Samara, que será escenario de uno de los cuartos de final y que, por lo visto, va

El español Andrés Iniesta consideró que los duelos España-Italia “se convirtier­on en un auténtico clásico” del fútbol mundial en los últimos años, refiriéndo­se al partido contra los italianos del 2 de septiembre válido por las clasificac­iones al próximo Mundial.

Iniesta apeló a la unidad entre la Roja y la afición del estadio Santiago Bernabéu, sede del partido, y dijo que espera un encuentro abierto.

“Es un partidazo. Por cali- dad, tradición e historia reciente. Estos partidos se convirtier­on en un auténtico clásico en los últimos diez años. Desde 2008 hubo resultados de todo tipo y duelos especiales”, declaró el centrocamp­ista del Barcelona.

“Este lo será aún más, por el momento en el que llega y por su valor. Nosotros, como Italia, queremos’ clasificar­nos directamen­te (al Mundial) y evitar las eliminator­ias, donde puede pasar cualquier cosa”, agregó. Histórico. El mediocampi­sta español acumula 114 partidos con la camiseta de la Roja, en la que ha marcado 12 conquistas.

El español advirtió que “Italia sabe hacer bien muchas cosas, defenderse, esperar espacios al contragolp­e, pero también presionar y ponernos en apuros”, por lo que, opinó, hace falta “luchar todos por un mismo objetivo”.

En este sentido, expresó el deseo de que el Bernabéu no pite al azulgrana Gerard Piqué y subrayó la importanci­a de tener “respeto y educación” más allá de la rivalidad deportiva entre el Madrid y Barcelona.

Iniesta, cuyo contrato con el club catalán expira en junio de 2018, aseguró que no se ve “jugando en muchos sitios fuera del Barcelona” y anheló que también su compañero argentino Lionel Messi firme una renovación con la entidad catalana.

 ?? ALEXÉI SOROKIN, ?? Control. Los obreros recorren el estadio Luzhnikí, donde se jugará el partido inaugural y la final de Rusia 2018.
ALEXÉI SOROKIN, Control. Los obreros recorren el estadio Luzhnikí, donde se jugará el partido inaugural y la final de Rusia 2018.

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