Jorge Crespo Toral
Me enteré de su fallecimiento por una nota en la prensa. En cortas líneas se hacía una pequeña biografía de uno de los políticos que hizo de esta actividad un apostolado.
Poeta en el interior de su espíritu, dejó de lado la poesía para dedicar su talento y sus virtudes cívicas al servicio de una causa caracterizada por una inquebrantable honestidad y su amor a la patria sin restricciones.
Militante de muchos años en ARNE, en este movimiento entregó buena parte de su vida, sirviendo al ideal con decisión total y sin esperar recompensa por ese apostolado cívico. Fue alto dirigente del movimiento y en el ejercicio de esa jerarquía dio todo lo mejor de su espíritu juvenil. Ya en su madurez fue un ejemplo de lealtad, de camaradería militante y de compromiso profundo con la transformación del país. Su muerte a una avanzada edad deja en cuantos tuvieron la suerte de conocerlo un hondo pesar; y quienes militamos junto a él le decimos ¡adiós señor y camarada, que un rumor de alas te haya recibido en el azul del cielo, más allá de las estrellas, para entregarte a la eterna bienaventuranza de Dios!
Este triste acontecimiento me da oportunidad para referirme, muy someramente, a quienes fueron parte fundamental en la fundación y desenvolvimiento de ARNE. Jorge Luna Yepes, el ideólogo y formador del movimiento, su jefe nacional por largos años; Jorge Crespo Toral, a quien ya me he referido; y debo mencionar a otro
Militante de muchos añosenARNE, enestemovimiento entregó buenapartede su vida, sirviendo al ideal con decisión total y sin esperarrecompensaporeseapostolado cívico’.