Modelos urbanos
En la ciudad de Guayaquil coexisten dos modelos urbanos totalmente diferentes. Hay un modelo urbano configurado desde la Colonia, heredero del modelo mediterráneo, de traza en damero, de manzanas y lotes regulares, que fue utilizado para organizar el territorio y planificar el crecimiento. En él existen simultáneamente todas las actividades básicas para la vida diaria -residencia, comercio, educación, espacios públicos, etc.-; lo que aún sobrevive y que se puede leer en áreas centrales y en los barrios periféricos de la ciudad. Y hay otro modelo urbano, difuso, de origen anglosajón contemporáneo, de zonas especializadas (“zonning”), que se desarrolla linealmente en los ejes viales que nacen desde la ciudad: vía a la costa, Samborondón, vía a Daule, etc., donde se segregan las actividades y que obliga a los moradores a usar el vehículo, público o privado, y trasladarse a veces largas distancias para realizar actividades que en otros lugares de la ciudad se hacen cerca de las casas (la despensa de la esquina, por ejemplo).
Este desarrollo de zonas espe- cializadas, incorporado como modelo por la Municipalidad de Guayaquil desde mediados de la década de 1940, e impulsado por la inversión privada, y sobre el cual el Municipio ha sido permisivo y poco regulador, está estrangulando a Guayaquil. La visión de la ciudad que tienen las autoridades municipales es clara y se orienta a reforzar este modelo, tal como lo afirma el arquitecto José Miguel Rubio, director de Urbanismo y Ordenamiento Territorial del Cabildo guayaquileño, encargado de planificar la ciudad: “Apuntamos grandes ví-
En la ciudad de Guayaquil coexisten dos modelos urbanos totalmente diferentes’.