Arduos procesos contra la corrupción
Los procesos que se están siguiendo para esclarecer los actos de corrupción en la refinería de Esmeraldas y con los sobornos de Odebrecht, pasan por un período de investigación que lleva tiempo y trabajo arduo. La cooperación eficaz del indiciado Carlos Pareja Yannuzzelli tampoco se puede llevar con mucha celeridad porque el fiscal, como es su deber, exige que cuanto declare aquel responda a varios requisitos que demuestren la solvencia de sus dichos. Eso tiene que ser calificado debidamente para que sirva como prueba en las diferentes causas que se han iniciado para sancionar a quienes cometieron esos burdos actos de corrupción que han marchado la historia del país, con un gobierno que tuvo en sus manos todos los poderes durante una década entera, como no había ocurrido antes en la política ecuatoriana. Mientras tanto la opinión pública exige mayor celeridad en la tramitación de esos asuntos, y desde Bélgica, el expresidente hace afirmaciones cada vez más truculentas y acusa sin pruebas al nuevo gobierno de hechos que no se podrían ventilar a la luz pública. Uno de ellos, un llamamiento a consulta popular que comprendería varios aspectos fundamentales para el devenir de la política nacional: los nuevos nombramientos de los personeros de los entes de control, la derogatoria de la reelección indefinida y otros de menor importancia. A esto le temen los miembros de Alianza PAIS, hasta ahora con mayoría relativa en la Asamblea, porque el país ya tomó conciencia de cuán grave y terrible fue esa época que los beneficiarios llaman década ganada y los demás, época corrupta. La consulta, según el presidente de la República, se realizaría en el menor tiempo posible para lograr institucionalizar al país, que ahora navega sin una brújula concreta. Alianza PAIS, nombre enmascarado de un grupo que se convirtió en pandilla, siempre predicó que había que recurrir al pueblo, que es el soberano, para encontrar los caminos adecuados de la conducción del Estado. Cuando lo hacen los opositores eso es malo y el expresidente desde su refugio clama contra de todo cuanto pudiera esclarecer el proceso de 10 años que todavía está envuelto en mucho misterio. Hay que desentrañar muchísimas cosas en todos los rincones del servicio público, donde se encuentra, cada vez que se toca, alguna corrupción engangrenada. Hay que ir a la consulta popular y darle al pueblo verdadero la oportunidad para expresarse sobre asuntos trascendentales de la vida del país. Sin esa oportunidad todo quedaría casi tan mal como antes. Es preciso que Ecuador reaccione moralmente para volver a encontrar el decoro y el recto procedimiento.
A esa consulta le temen los miembros de Alianza PAIS, hasta ahora con mayoría relativa en la Asamblea, porque el país ya tomó conciencia...’.