El otro Pentágono
El pentágono es parte de la inteligencia y defensa de EE. UU. Nació en 1943 para vigilar su seguridad y poder económico y militar en Occidente.
La izquierda feliz (que goza de los beneficios de coimas, sobreprecios, corrupción, etc.) y la infeliz (que está fuera del poder y vive de consignas y rezos revolucionarios) crearon el suyo.
Al de EE. UU. lo ven en todo: la sopa, sombra, insomnios, cuando tienen gases, sobrepeso, impotencia y aberraciones sexuales, y hasta cuando en el Rincón del vago no están las respuestas para ser mejores corruptos. Es un síntoma esquizofrénico de la izquierda socialista. Por eso crearon un pentágono a la ecuatoriana. Lo hicieron los AP, que hablan contra el capitalismo pero viven, comen y se divierten como voraces burgueses. Produjeron la época intensa y febril de la década robada y el modelo del buen vivir de la corrupción. Esto se los facilitó Odebrecht y una diversidad de obras y acciones que inventaron.
Este es otro pentágono, más siniestro que el yanqui. Está constituido por los cinco ejes que estructuró, difundió, escenificó y accionó la revolución de la corrupción (RC). Son los aspectos básicos en torno a los cuales giró todo: 1) un Padrino, máximo jefe, dueño de todos los poderes, que hacía con el país lo que le daba la regalada gana; 2) una gallada de PhD y genios malignos del derecho torcido, la comunicación del lavado de cerebros y de las sabatinas; 3) un equipo económico que inventaba cifras para crear la ilusa idea de haber parido en el Ecuador al jaguar de la economía mundial; 4) autoridades de control captadas y cooptadas para responder a sus designios y crear impunidad; 5) un cuerpo de leyes y una mayoría de asambleístas que sin pudor, dignidad, ni vergüenza, solo obedecían al Padrino de la RC.
Hoy el país debe de tener inteligencia emocional, ética -individual y social-, y comprender que este pentágono izquierdista de pequeños burgueses ambiciosos es responsable de haber desaparecido entre sus manos, uñas y pesuñas miles de millones de dólares de fondos públicos. Por eso, sin paranoia, hay que hurgar en las acciones de tan siniestro pentágono, que le ha robado días felices a la democracia, al país, a la honradez, a la ética y a la decencia.
EL GAVIERO