Vías alternas y una terminal
El 2018 será, según Jorge Rodríguez, vocero municipal, el año en el que se ejecutarán nuevas obras en el sector.
Anticipa a EXPRESO que existe el borrador de una ordenanza con la que se espera crear al menos dos ingresos a la vía a la costa, a la altura del kilómetro 15, y que serán desarrolladas por los promotores inmobiliarios.
El borrador está en revisión jurídica y en un par de semanas está previsto que se discuta en el Concejo Cantonal. Las vías saldrían a la altura de la Rodríguez Bonín y a la Perimetral.
Otra obra es la construcción de una terminal. Rodríguez menciona que la Dirección de Urbanismo y Ordenamiento Territorial entregará esta semana un estudio a la Fundación Terminal Terrestre y a la Agencia de Tránsito Municipal, en donde se especifican los puntos de construcción.
La idea es que, en alianza con empresas privadas, se construya un centro comercial y una terminal. Ya habría dos grupos interesados en el proyecto y estaría listo a finales de 2018. el Municipio el que tiene que desarrollar y tenemos algunos planes”, explica.
Esa opinión también es compartida por Guillermo Ayala, presidente de Puerto Seymour, quien dice que es vital que el Cabildo y ellos, que están por crear una federación de ciudadelas, tengan una mejor comunicación. “Somos nosotros los que sabemos qué es lo que sucede aquí y deben contar con nuestro criterio”.
Uno de los problemas más urgentes que necesitan solucionar es el intenso tráfico que se genera en la zona. La mayoría coincide en que las obras para evitar el congestionamiento de las vías, como la construcción de salidas alternas o puentes, y el mantenimiento de ellas se han priorizado para la vía Samborondón, cuando ni siquiera es parte de la ciudad.
“Hay un contraste muy notorio en la salida de Guayaquil cuando uno toma el puente de la Unidad Nacional, que cuando uno toma la vía a la costa. Allá está todo impecable, y acá, en cambio, luce descuidado”, precisa Guillermo Ayala.
“Si hay un accidente no tenemos para dónde desfogar el tráfico. Además, el parterre central está lleno de maleza, incluso hay un señor que vive ahí. Nosotros nos sentimos abandonados, pues no hay trabajo municipal en el sector”, dice Ximena Pástor, de Vía al Sol. Los moradores estiman que pueden demorarse al menos 30 minutos en salir del tráfico.
Álvaro Cruz, de Belohorizonte, cree también que la vía debe ser considerada como urbana para que puedan instalarse semáforos y los carros acostumbren a reducir la velocidad.
Al problema del tránsito se suma la falta de veredas, el mantenimiento de la vía, la existencia de terrenos baldíos llenos de materiales de construcción y, por supuesto, el problema del control de las canteras que ha sido abordado en varias ocasiones por este Diario.
Pástenes cree que las autoridades no tienen un estudio de planificación urbana a futuro, pues “si ahora es un caos que no se ha podido controlar, cuando se pueble totalmente vamos a colapsar”.