El interés de tres historiadores
Hugo Arellano, director del Mu- seo Municipal, la ejecución de una investigación que permita determinar el estado en el que se encuentra el complejo mortuorio y el diseño de una propuesta para una posible recuperación.
“Hemos trabajado en eso”, dice Arellano, quien es historiador y quien de manera paralela ha mostrado un interés particular sobre este lugar. “Tengo familiares sepultados ahí, familiares políticos”.
Como parte del interés de la Empresa Pública Municipal de Turismo, se solicitó a Javier Véliz Alvarado que diseñe un plan de trabajo, quien con GPS en mano, recorrió el lugar y determinó la necesidad de ejecutar una labor arqueológica, previa a los trabajos de mejoramiento.
Una labor que implicaría dos meses en los que se ejecutarían desde excavación por niveles entre cinco a diez centímetros de profundidad, así como la recolección superficial Estamosabiertosa unaadministración bajocomodato, siemprequesedéuna intervenciónprofunda. de elementos culturales, para georreferenciarlos.
Por su parte, la Junta de Beneficencia tiene también un proyecto de recuperación sobre el cementerio, este realizado por Parcival Castro, el cual cuenta con el aval de la facultad de Arquitectura de la Universidad de Guayaquil.
Tanto la Empresa Pública Municipal de Turismo como la Junta presentarán estos proyectos al alcalde Jaime Nebot para que puedan ser aprobados.
El interés de la Junta implica un compromiso de ciudad, pero también de país. Busca anexar al cementerio en el escenario urbano que se presentará ante la Unesco para que lo declare patrimonio cultural de la humanidad.
Entre los 814 bienes culturales en esa categoría solo existe un complejo mortuorio: el Cementerio del Bosque, en Suecia. A partir del 2023, año del bicentenario del Cementerio General, se ubique como parte de esa lista, junto con el de los Extranjeros. “Algo que le hará muy bien a Guayaquil, pero también al país”, agrega Salazar Arrarte.