En PAIS la ‘guerra’ es por tener las mayorías
Jorge Glas y la consulta marcan la disputa El Ejecutivo logró bloquear, vía judicial, el cambio en la presidencia del movimiento
La foto del 2 de abril con Lenín Moreno, Rafael Correa y Jorge Glas abrazados y cantando ‘El pueblo unido jamás será vencido’, tras la victoria electoral, se hizo trizas definitivamente en la noche de Halloween, con la decisión de una parte del movimiento de expulsar al presidente del Ejecutivo de la presidencia de PAIS.
El futuro anuncia vientos de guerra entre los dos grandes líderes de la formación para hacerse con el control del poder. Del partido y del país. Se anuncia batalla con los dos ‘generales’ en el campo de batalla. El tercero pena en la cárcel.
No se sabe si el feriado concederá una tregua para medir fuerzas. Porque después llegan días decisivos. La fijación de la fecha para la audiencia de preparación del juicio a Glas será la primera: el miércoles 8. El vicepresidente es uno de los ejes de la discrepancia entre Moreno y Correa.
Sin embargo, el llamado a la consulta popular, en la que se incluyeron preguntas como la eliminación de la reelección indefinida o el cese del Consejo de Participación Ciudadana, es el mayor punto de fricción. La aprobación o no de las preguntas marcará el futuro político de Correa o su definitivo paso a la reserva.
Y para hacer campaña, el control del partido es fundamental. En cinco meses, Moreno ha inclinado hacia su campo de juego a las instituciones y maneja el Gobierno. En la organización política es donde Correa tiene sus partidarios. Y también en la calle. El expresidente mantiene todavía un alto carisma entre los potenciales votantes. Pero Moreno está en sus cifras máximas de popularidad y quiere aprovechar este aire, antes de que el desgaste de poder comience a afectarle, para ganar la consulta.
Subido en esa ola, como vaticinaba la noche del martes el secretario de la Política, Miguel Carvajal, la “cascada” de apoyos a Moreno y el rechazo a la resolución de la Dirección Nacional de PAIS fue ayer mayoritario dentro y fuera del oficialismo.
El presidente de la Asamblea, José Serrano, ratificó su postura morenista. Calificó la decisión de una parte de la directiva como espúrea e ilegal. “Primero se le sanciona y luego se le envía a la Comisión de Ética para que determine si hubo o no hubo infracción”, dijo.
Las directivas nacionales ‘morenistas’ también levantaron cabeza. En Azuay, con el exministro de Energía y actual asambleísta Esteban Albornoz por delante, reconocieron como único presidente de PAIS a Moreno. Similar camino asumió la militancia de Guayas. Se esperaban pronunciamientos de Carchi, Tungurahua o Chimborazo (ver nota inferior).
Los movimientos sociales, otrora defensores del correísmo, también se la juegan ahora por Moreno y la consulta. Aunque ellos mismos no descartan que el escenario pueda cambiar con un eventual retorno de Correa.
Y él desde Bélgica parece dispuesto a aceptar el reto. En su cuenta de Twitter habló de una convención nacional. “Estaremos menos, pero seremos más”, escribió luego de conocer la decisión que puso a Ricardo Patiño en la presidencia de PAIS.
¿Y Moreno? Él guardó silencio. No hubo ni una sola palabra. Recibió en Carondelet la visita de las autoridades de Latacunga, que lo invitaron a la celebración de la Mama Negra. Se mostró sereno y ajeno a todo el “terremoto” interno del partido que le llevó al poder.
En la sede, en la avenida de los Shyris, los correístas trabajaron a puerta cerrada. Tras su impetuoso anuncio de la noche del martes, ayer hicieron una pausa. No fueron al Consejo Nacional, como habían anunciado, para registrar a la nueva directiva.
Los morenistas les sacaron ventaja: un tribunal ordenó medidas cautelares para garantizar los derechos constitucionales de Moreno, “dejando sin efecto (la) decisión ilegal de algunos miembros (de) PAIS”, informó Eduardo Mangas, secretario de la Presidencia.
Y añadió que el Tribunal dispuso que el CNE no inscriba el nombramiento de Patiño.