Diario Expreso

El clima frenó a los bañistas

- GUAYAQUIL, SALINAS, MANTA

Las aglomeraci­ones de turistas en las terminales terrestres acabaron El cielo estuvo nublado Los turistas siguieron llegando a las playas en el segundo día

El sol se escondió en las playas y dio paso a una llovizna en el segundo día del feriado de Difuntos, en el que desapareci­eron las aglomeraci­ones en las terminales terrestres, pero no la llegada de turistas a los balnearios.

En la terminal de Guayaquil desapareci­eron las largas columnas del jueves. Las únicas filas con más usuarios eran las de las boleterías de las cooperativ­as General Villamil, Salitre y Posorja. Vicky de Merchán llevaba algo más de media hora a la espera de que se reanude la venta de pasajes hacia Posorja. Viajaba con su esposo Germán aprovechan­do el feriado.

Para Pedro Vargas la espera en la fila de General Villamil fue mayor y algo incómoda. Llevaba casi una hora en la fila y, aunque en ese tiempo había avanzado, tenía al menos veinte pasajeros antes de acceder a la boletería.

En los balnearios de Manabí y Santa Elena, la falta de sol, acompañada de una llovizna, frenó a los turistas costeños en su ingreso al mar, pero no a los provenient­es de la Sierra.

Desde la mañana, el malecón de Salinas y las playas lucieron llenas de visitantes; muchos caminaron por la calzada mientras que otros por la arena. “Hace un poquito de frío, si sale el sol me baño”, le decía la guayaquile­ña Beatriz Pacheco a su amiga Carla López.

Hubo quienes prefiriero­n practicar deportes para luego bañarse. “Calentamos un poquito y nos damos un chapuzón”, le afirmó Esteban Martínez a su pequeña hija Karol.

Pero el ambiente nublado no frenó la llegada de visitantes a Santa Elena. Según el reporte de la Comisión de Tránsito del Ecuador CTE, el jueves 2 de noviembre ingresaron 14.630 vehículos, de los cuales solo salieron 3.034. Hasta ayer, al mediodía, la cifra de ingreso llegó a 25.000 vehículos.

En Montañita, una llovizna también cayó en la mañana, pero el ambiente fue el mismo que en Salinas. Otra situación que complicó a los bañistas fue la pleamar con oleaje en la tarde, que hizo que muchos desistiera­n de entrar al mar. “Está rico el clima, me gusta así”, comentó la lojana Johana Chérrez.

En los balnearios de Ayangue y Olón también se observó una importante presencia de visitantes. En Libertador Bolívar y San Pablo, los locales de venta de comidas típicas lucieron llenos, pero los comerciant­es dijeron que esperaban más visitantes.

El mismo sentir tenían los comerciant­es manabitas. Aunque el reporte de tránsito indicaba que más de 60.000 vehículos ingresaron a las playas de Cruci- ta, Manta, Puerto López (Los Frailes), Pedernales, Canoa, Puerto Cayo y otros balnearios en el segundo día del feriado, los vendedores de comida preparada y bebidas decían que esperaban mejores ganancias.

“Pensaba vender de siete a ocho cajas de cerveza aquí en la playa, pero el clima no acompañó. Los dos primeros días del feriado en Manta han sido muy fríos y eso nos está perjudican­do. Además, la mayoría de los turistas ha traído sus propias cervezas y hasta comida preparada en la playa”, indicó Soledad Villafuert­e, una comerciant­e de la playa El Murciélago.

Un concepto similar manejan varios propietari­os de restaurant­es de esa zona. Los turistas lo confirman. Arturo Intriago, quien llegó con 16 miembros de su familia, cuenta que siempre llevan la comida y la cerveza a la playa porque les resulta más barato.

Cecilia Cedeño, oriunda de Quevedo, dice que es tiempo de economizar, porque una bebida en la playa es muy cara.

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HERNÁN LUCAS / EXPRESO Manta. Los turistas llegaron con la comida y las bebidas a las playas; los comerciant­es se quejan.

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