Las camisonas ponen el humor en la Mama Negra

Alrededor de 500 mil personas vibraron con la fiesta mayor

Asus 80 años, Washington García es la camisona más antigua de la Mama Negra. Lleva representando a este personaje por más de medio siglo y asegura que hasta que Dios le dé fuerzas seguirá haciéndolo.

“No encuentro una palabra para describir lo que siento cada vez que salgo en las comparsas. Ahora las fuerzas no son las mismas, pero el ánimo sigue intacto”, dijo Washington mientras levantaba sus manos para gritar “¡Viva Latacunga!”.

Su paso es una muestra de lo enraizada que está la celebración dentro del colectivo latacungueño. Por eso invita a la comunidad a no dejar morir la fiesta nunca. “La Mama Negra es parte de nosotros y debemos cultivarla desde nuestros hogares con nues- tros nietos, bisnietos y todas las generaciones”, culminó García.

Según la tradición, las simpáticas camisonas serían las mujeres de los soldados. Este personaje viste una bata colorida que la cubre hasta debajo de la pantorrilla. El traje tiene un sinnúmero de listones y adornos de diferentes colores que hacen aún más atractiva su vestimenta. Uno de los puntos que sobresalen de las camisonas es la alborotada peluca que utilizan y el vistoso ma- quillaje que se ponen para llamar la atención de quienes las miran.

En una de sus manos sostienen un pañuelo que agitan de forma circular. En la otra llevan un látigo de cuero o soga, que les permite ir abriendo paso a las comparsas que la acompañan.

“No todo el recorrido tiene mallas. Parte de la fiesta es acercarse más hacia la calle para compartir con los personajes”, comentó Esteban Chato, uno de los organizadores.