Tres siglos de devoción y peregrinación a la Virgen de la Elevación en Ambato
El acto de fe convoca a los tungurahuenses y fieles de varias ciudades
Salieron en familia, con las mascotas y otros entre amigos con el mismo fin, rendir tributo a su patrona a la Virgen de la Elevación. Cada 11 de noviembre de todos los años los devotos de la matrona se concentran desde las 07:00 en la Catedral de Ambato, para de ahí peregrinar hasta Santa Rosa con la imagen de la virgen.
Esta tradicional ceremonia religiosa convoca a los tungurahuenses y fieles de diferentes lugares del país para agradecer por las bondades o pedir algún favor a la virgen. Margarita Solís tiene diez años que hace el recorrido. Habita en el sector de Terremoto y mencionó que su fe por la virgen empezó hace 12 años cuando le pidió en oración por la sanidad. El recorrido de 40 minutos lo hizo en compañía de dos amigas.
Monseñor Giovanny Pazmiño, mencionó que este año la ceremonia estuvo dedicada a la juventud y por ese motivo se convocó a los estudiantes de los planteles secundarios.
“Si no acompañamos a los jóvenes, los perderíamos. Tene- mos que creer en ellos y guiarlos en medio de la incertidumbre y dificultades”, sostuvo monseñor. Agregó que han realizado un plan pastoral para cinco años donde recogen la realidad de la provincia y tratan de buscar la salida mediante el evangelio. Los participantes compartieron en el concierto de música cristiana, ventas de platos típicos y el festival folclórico.
Según la historia de la aparición de la virgen data de 320 años. Monseñor Giovanny Pazmiño relata que el indígena Juan Chacarín fue quien observó y la escuchó. Una mujer hermosa apareció con un niño en el brazo izquierdo la noche del 12 de noviembre de 1695 en una roca en el poblado de Chiquicahua. La comunidad se ubica en las faldas del Carihuairazo a 3.400 metros sobre el nivel del mar y a 30 kilómetros de Ambato en la hacienda de Antonio Garcés.