Desenfreno oriental
El espíritu del equipo oriental se apoderó del estadio Bellavista el último sábado. Los hinchas llegaron desde Quito con la fe inmensa, esa que el Papá les ha enseñado a tener. Era el partido del ascenso y el equipo del sur de la capital necesitaba ganar.
El resultado tardó. En la general norte del estadio, los auquistas empezaban a desesperarse. Se tomaban la cabeza cada vez que el elenco oriental se acercaba y la pelota escapaba al arco. Pero como saben que su equipo puede llevarlos de la angustia a la alegría en un instante, ninguno dejó de creer.
“Ya mismo llega”, comentaban para darse ánimos, mientras se sacaban la tensión batiendo las tradicionales matra- cas, seguidas después con un “Y dale A...”.
Por fin, cuando Técnico Universitario cuidaba el empate para ir asegurando el primer lugar, una jugada les cambió el ritmo. Cómo no, nació de los pies del ‘Rey del Pop’, Michael Jackson Quiñónez, quien más tarde festejó, al son de salsa, el espectacular remate cruzado que les dio el triunfo 1-0 y desató las lágrimas del ‘pueblo’.
El momento más sentido llegó con el pitazo final. Luego de arrodillarse y agradecer con las manos al cielo, los jugadores caminaron hacia la hinchada para unirse en cánticos por este nuevo ascenso.
Mientras eso sucedía en las gradas, a Michael Jackson Quiñónez no le bastó con poner el gol y llevó la alegría al camerino. El ‘Rey del Pop’ instaló la salsa a todo volumen para desahogarse, con algún movimiento, tras un año complicado.
Salió del vestuario con el parlante en la mano, entre caminando y bailando, con la sonrisa enorme. Solo bajó el volumen y detuvo su paso un momento para dedicar su gol a los auquistas. “Que esto le dé alegría a la gente, a muchos niños, a los hinchas que van al estadio”, señaló.
Su satisfacción fue aún mayor al recordar que llegó lesionado al club y pocos con- fiaban en él. “Pero me recuperé y ahí está... esto es lo que uno deja”, comentó. Con la salsa aún de fondo, el jugador destacó que en el Papá ha encontrado una hermandad. Basta verlo salir junto a Néicer Reasco y los jóvenes, que apenas empiezan a hacer camino en el fútbol para entender el por qué son referentes.
Otro de los emocionados hasta las lágrimas fue Gustavo el ‘Potro’ Figueroa, quien aunque no ha sido titular, decidió volver a jugar a inicio de año. Fue entonces que encaró una nueva temporada, que para Aucas mejoró en la segunda etapa.
El Potro ya no recuerda bien cuántas veces ha debido sufrir por el Papá, “pero han sido más alegrías que tristezas”, dijo a este Diario, con la voz todavía quebrada por la emoción.
El emblema del club sabe que se acerca su final como futbolista, pero su emoción más grande es saber que deja al equipo en la serie A, como se lo propuso a inicio de año.
“Ahora quisiera jugar unos seis meses más y despedirme. Sería hermoso que además de dejarle al Aucas ascendido, juguemos la Sudamericana”, señaló el Potro sobre su último sueño con el cuadro oriental, el que se ha vuelto el objetivo de toda la plantilla.