El barniz provisional
“José Serrano apelará la resolución de la jueza de la Unidad Judicial Laboral de Quito, quien resolvió acoger la acción de protección presentada por Cristina Reyes, dejando sin efecto la sanción. El presidente de la Asamblea expresó que le parece lamentable la decisión judicial e ironiza la resolución de la jueza, diciendo que “le faltó autorizar el uso de los ceniceros y pistolas en el Pleno de la Asamblea...”.
A mí me asombran dichas declaraciones. Sí, y mucho. Confieso que amigos y colegas me cuestionan del por qué me permito asombrarme si de Serrano ya todo se puede esperar. Tal vez, pienso. Recuerdo lo mucho que se comentó de la posibilidad de que sea el binomio de Moreno en la última candidatura presidencial y de los desacuerdos con la asambleísta Rivadeneira por los recorridos de campañas electorales. Puedo comprender, incluso, que su carrera política sea altamente ambiciosa y que su objetivo se ubique mucho más alto del cargo que ejerce ahora, y que por ello “haga” algunas cosas. La lealtad, de la que le gusta a Correa, fue lo que hizo que llamara la atención en su gestión. Las estrategias en “controlar” manifestaciones sociales. Un control que a veces terminó en golpes a los manifestantes. Fiel ejemplo de ello son las heridas que marcaron a Manuela Picq, y que el señor Sampedro sea enjuiciado por sabotaje y terrorismo por llevar un muñeco en el balde de una camioneta. Su conexión con la justicia emergió en ciertos episodios. Ejemplos de ello fueron algunas teorías que realizó sobre casos, aún sin resolver, que coincidían con la dirección de los procesos. ¿Coincidencias y/o injerencia?
A mí no me gusta la conducta de José Serrano. Me deja un mal sabor. Tal vez sea intuición, olfato, percepción, pero hay algo que distingues a distancia y que no lo puedes desconocer. En la queja de Serrano por lo que decidió la jueza en el caso planteado por la asambleísta Reyes, se le cae el barniz provisional que tiene puesto. Aquel que hace eco del llamado al diálogo y a la tolerancia coreado por Moreno. No le gusta que le cuestionen el poder que ejerce. Jurídicamente pudiéramos discutir el fondo del asunto; pero políticamente hablando, es un movimiento judicial que anuncia algunas cosas en la política nacional.