‘Dreamers’ rechazan el plan de Trump
$ 25.000 millones para el muro con México a cambio de ciudadanía
El presidente Donald Trump ofreció el jueves un plan para conceder la ciudadanía de EE. UU. hasta a 1,8 millones de inmigrantes ilegales, la gran mayoría latinoamericanos, en un plazo de 10 a 12 años; pero lejos de celebrar, los indocumentados están furiosos.
“A esta propuesta de supremacía blanca decimos: No”, indicó ayer Greisa Martinez Rosas, que cruzó el río Grande con sus padres cuando tenía siete años y hoy es activista en United We Dream, la red de jóvenes inmigrantes más grande de Estados Unidos.
“Rechazamos esta propuesta e instamos a otros a que lo hagan”, apuntó en el mismo foro con periodistas Jonathan Jayes-green, un afropanameño cofundador del grupo de indocumentados negros Undocublack Network.
Martinez y Jayes-green son ‘dreamers’ (soñadores). Así se conoce a los inmigrantes que llegaron ilegalmente a EE. UU. cuando eran niños y que pueden residir de manera temporal allí gracias al decreto de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que les otorga un permiso temporal de residencia. el secretario de Estado Tillerson visitará México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica.
El programa fue creado por Barack Obama en 2012 y beneficiaba a unas 690.000 personas cuando Trump lo revocó en septiembre. Caducará el 5 de marzo, pasándole la posta al Congreso para que legisle sobre este sensible tema.
El plan de Trump incluye regularizar a los ‘dreamers’, pero a cambio exige $ 25.000 millones para construir un muro fronterizo con México, algo que los ‘dreamers’ consideran un proyecto racista y un despilfarro de dinero. También elimina la lotería de visas de residencia y acaba con la “migración en cadena”, limitándola al cónyuge y a los hijos menores.
Ante la élite mundial en el Foro Económico de Davos, en Suiza, Trump dibujó ayer un país con una economía floreciente tras un “gran año” bajo su presidencia, pero no pudo escapar a la polémica. Fue abucheado cuando, tras el discurso, dijo: “Hasta que me convertí en político no me di cuenta de lo cruel y falsa que puede llegar a ser la prensa”.
EL DATO de febrero