Las nacionalidades en la Supercom: que solo hablen de folclor
Si hay líderes indígenas, afroecuatorianos o montuvios en las noticias y el medio que les da espacio entre sus páginas, como hacen EXPRESO y Extra, pretende que eso, además de darles voz, sume en la cuota de interculturalidad que exige la Ley de Comunicación, solo pueden hablar de sus costumbres y valores. Del folclor. Si opinan sobre nombramientos, asuntos de política o sucesos de interés público, no. Sus reflexiones no cuentan. No suman para ese 5 % que debe ocupar la información interculturalen cada edición. Pretender lo contrario conlleva una segura multa -por una cantidad importante- de la Superintendencia de Comunicación.
Así, entre los 44 procesos (15 impugnados) que enfrenta Gráficos Nacionales, editora de EXPRESO y Extra, hay tres que ponen en cuestión el criterio de quienes, sin ostentar formación alguna sobre interculturalidad, interpretan la ley en la Supercom de Carlos Ochoa.
EXPRESO dedicó en una edición 4 informaciones, incluidas en páginas iniciales y en apertura, a recabar el punto de vista de representantes de las nacionalidades y minorías ecuatorianas sobre actualidad política, entre otros temas. Pero ninguno fue considerado como intercultural pese a que el Diario, en lugar de encasillarlos en una descripción de vestimentas, tradiciones, comidas, o hábitos, buscó su voz, tal y como, al menos en papel, busca la interculturalidad que dice garantizar la Supercom y la Constitución. Con la reducción al folclore, la entidad comandada por Ochoa pretende obligar a EXPRESO a discriminar (en definitiva hacer algo prohibido por la Constitución) encasillando a las nacionalidades a eso, unos colectivos con rasgos culturales identificativos, sin que importe su punto de vista sobre el acontecer nacional. Por eso, a la Supercom tampoco le interesa, a fines de interculturalidad, la historia sobre un joven manaba de 17 años que, además de autodefinirse como montuvio, juega al fútbol tan bien que es una promesa del deporte. La Supercom no lo admite, porque el deportista no detalla cuáles son sus costumbres sino que habla de lo que es y quiere ser: futbolista. Esa información sumó al cálculo, cuya fórmula es indefinida, del 5 % de interculturalidad y Extra incurrió en una sanción del 10 % de la facturación promedio de los últimos tres meses, la máxima penalización, pese a que lo que faltaba era menos del 1,5 %, ignorando la Administración el principio de proporcionalidad por el que debe regirse, según el mandato constitucional.