La herencia correísta, en pie
Por desarmar el aparato de poder correísta, la consulta de ayer parece una batalla para quedarse con su control. Un análisis.
MÁS QUE UN ESFUERZO
EL DETALLE ¿Postcorreísmo? La consulta popular de ayer ratificó la existencia de uno de los organismos clave de la institucionalidad correísta: el CPCCS. LA IMAGEN
s esta una consulta para enterrar la herencia correísta, como supone un titular de diario El País de España? No hay un organismo que represente mejor el decenio correísta que el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Es la expresión institucional de esa teoría política que confunde los conceptos de sociedad, Estado, gobierno y partido de gobierno; y que entrega al Estado el control de lo incontrolable: la participación de la sociedad en la política. Si la consulta pretendiera enterrar la herencia correísta habría preguntado: ¿Está de acuerdo con eliminar el CPCCS para permitir que la participación ciudadana se desarrolle libremente? En su lugar, los ecuatorianos han sido llamados a ratificar con su voto, en lugar de desmontarlo, uno de los rasgos centrales de la institucionalidad correísta.
El postcorreísmo, tal como se había concebido durante los últimos meses de la administración de Correa, debía ser un período democrático de transición durante el cual se desarticularan las políticas y se desmontaran las piezas del aparato de poder construido durante los últimos diez años sobre la base de una Constitución hiperpresidencialista. Ante eso, la consulta de ayer lo único que hizo fue ratificar la voluntad política de mantener esa estructura. Y ocuparla, se entiende.
Los principales aparatos del poder correísta permanecen intactos, incluidos aquellos de control político. La Senain, por ejemplo, con su estructura institucional