Un rol de juez y parte que resultó ‘nefasto y aberrante’
No hay halagos. La gestión del superintendente de Comunicación, Carlos Ochoa, acumula críticas donde quiera que se pregunte. En la lista de observaciones, que es extensa, sobresale la atribución de funciones para acusar, juzgar y sancionar a los medios de comunicación.
Ser juez y parte es, a los ojos de la Asamblea Nacional, una “aberración jurídica” que pone en tela de duda toda sanción que impulsó Ochoa. Contra EXPRESO y EXTRA sobran los ejemplos, donde la Superintendencia de Comunicación (Supercom) fue el acusador y a la vez el ejecutor de las penalidades.
Guillermo Celi, legislador de SUMA, encuentra solo una respuesta para resumir la labor de Carlos Ochoa: el cuestionado funcionario se esforzó por crear una realidad que agrade al expresidente Rafael Correa. Para cumplir esa meta, castigó a los medios independientes que tocaban temas incómodos para Correa.
Ese silencio, agregó la asambleísta de la Izquierda Democrática, Wilma Andrade, es una vergüenza para el periodismo. Cómo es posible, se pregunta, que un supuesto comunicador oculte información y, además, se niegue a proporcionarla.
En el cargo, Carlos Ochoa cortó la comunicación con la prensa. Su política de no entrevistas, a menos que conociera previamente las preguntas, fue la constante. Además, prefirió eliminar la espontaneidad porque todas sus declaraciones públicas estaban respaldadas en un telepromter.
Otra señal más de lo “nefasto” que resultó ser el superintendente, según la legisladora de FE, María Mercedes Cuesta. Para ella, el exdirectivo de Gamavisión -cargo por el que enfrenta glosas y observaciones de la Contraloría General del Estadoes uno de los personajes más oscuros de la era de Rafael Correa.
Homero Castanier, asambleísta de CREO, da un paso más. A su criterio, la pretensión
LA CIFRA 11 MILLONES de dólares es el presupuesto promedio de la Superintendencia. VOCES “Sin duda alguna, este pseudo superintendente cometió abuso de poder para instaurar la censura y perseguir a sus colegas periodistas. Actuó de manera inepta en muchos casos”. “Hay causales de juicio político. [Carlos Ochoa] cometió abuso de poder, conflicto de intereses e incumplimiento de funciones por haber aplicado sanciones con un artículo de la ley inexistente”. “El superintendente no puede ser juez y parte. Y lo venimos diciendo esto muchos años, pero él no entiende esto. Él no es competente para conocer las acciones que él mismo presenta”.
de omnipotencia que tuvo Ochoa al acusar y sancionar medios es un delito que debe ser analizado por la Asamblea y otros entes de control.
Elizabeth Cabezas (PAIS) también quiere que las ilegalidades y arbitrariedades cometidas en la Supercom no queden en la impunidad. Ella impulsa un llamado al funcionario para que rinda cuentas en la Asamblea Nacional. Algo, dice, que no hizo ante la opinión pública. ¿De qué podría ser acusado en el Legislativo? Los consultados ven fuertes indicios de abuso de poder y hasta conflicto de intereses.