45 días para tratar la consulta
Los anexos de las preguntas obligan a la Asamblea a intervenir en la ejecución de sus resultados ❚ El tema vuelve a sembrar la división en la bancada correísta
Los resultados de la consulta popular, con sus implicaciones jurídicas, regirán automáticamente en cuanto se anuncien los resultados oficiales. Sin embargo, hay un par de detalles, previstos en los anexos, que precisan de la intervención de la Asamblea Nacional. Para tratarlos, el presidente José Serrano se reunió ayer (a puerta cerrada, como todo lo que ocurre en su despacho) con los jefes de todas las bancadas. Acordaron formar una comisión especial de nueve miembros, cuya integración se decidirá mañana en el Pleno y que se disolverá en un plazo de 45 días. Trazaron un cronograma. Y, como una suerte de ‘bonus track’, resolvieron por fin, en palabras de Serrano, “finiquitar el trabajo alrededor de la agenda legislativa 2017-2019”. La presidencia la presentará oficialmente, dijo Serrano, el 19 de febrero.
Los dos detalles pendientes son, en palabras de Guillermo Celi (SUMA), de mera carpintería, e implican la elaboración de sendos proyectos de ley por parte del Ejecutivo. El primero: una reforma al Código Orgánico de Participación Ciudadana para normar la elección de los integrantes del CPCCS (no el de transición: el definitivo). El segundo: un proyecto de ley derogatoria de la Ley de Plusvalía. Ambos serán tramitados por esta comisión ocasional y remitidos al Pleno para su aprobación definitiva. El trabajo concluirá hasta el 15 de marzo, según Serrano. Las elecciones del nuevo Consejo de Participación Ciudadana podrán celebrarse, junto con las seccionales, el 16 de marzo del año próximo.
Si algún alcalde especulaba con la necesidad de hacer reformas al Código de la Democracia, lo cual podía demorar las elecciones de 2019 y prorrogar por unos meses su período de gobierno (los suficientes para inaugurar, por ejemplo, una estación de metro), se vio ayer decepcionado. Henry Cucalón (PSC) celebró la “voluntad política” de todos los grupos (incluido el morenismo) para que la transición dure lo estrictamente necesario.
Estas decisiones se tomaron con el consenso de todos los jefes de bloque: Daniel Mendoza y Esteban Albornoz (morenistas), Pabel Muñoz (correísta hasta nuevo aviso), Roberto Gómez (CREO), Henry Cucalón (PSC), Guillermo Celi (SUMA) y Encarnación Duchi (Bancada de Integración Nacional). Las tensiones previas a la reunión, ocasionadas por el inicial desacuerdo de algunos bloques con tratar los temas de la consulta en la Asamblea, entre otros detalles, se desvanecieron rápidamente.
Que todos los bloques coincidieran en la necesidad de conformar una comisión ocasional para tramitar los temas de la consulta es un termómetro de la realidad política del Legislativo. “En una Asamblea que funcione -había dicho Roberto Gómez antes de ingresar a la reunión- bastaría con las comisiones permanentes”. Daniel Mendoza fue aún más específico: “si las actuales comisiones -dijo- estuvieran conformadas de una manera más idónea, quizá todo sería diferente”. El tema vuelve a poner sobre el tapete la necesidad de reestructurar las comisiones para que representen mejor el mapa político del Pleno luego de la división del partido de gobierno.
La mayor dosis de suspenso corrió, como es costumbre, por cuenta de los correístas. Uno de ellos, Bairon Valle, abordado por los periodistas en el vestíbulo de ingreso, dijo con harta convicción que los suyos no tenían nada que hacer en una reunión convocada para tratar temas relacionados con una consulta a la que se habían opuesto. En efecto, mientras los jefes de bloque pasaban al despacho de la Presidencia, los correístas mantenían lo que aparentaba ser una reunión de crisis en las oficinas de la Comisión de Justicia, que preside Marcela Aguiñaga. Cuando Pabel Muñoz apareció en la rueda de prensa junto a los demás jefes de bloque, al término de su sesión, fue una sorpresa para todos.
La pregunta es si Muñoz acudió ahí en representación de todos los suyos. En los pasillos de la Comisión de Justicia ya se hablaba de nuevas divisiones. El hecho de que Verónica Arias, integrante correísta del CAL, apoyara la víspera el juicio político contra Carlos Ochoa, dejando sola a Soledad Buendía, parece confirmar esa posibilidad. Al parecer, los correístas ahora se multiplican como las amebas: por bipartición.
EL DETALLE ¿Nueva división? El correísmo ya se dividió en torno al juicio político contra Carlos Ochoa. Al parecer también lo hará en el tema de la Comisión Ocasional. COMISIÓN OCASIONAL