Expertos con un criterio de escasos fundamentos
En cuatro años, Carlos Ochoa incorporó a 323 personas en la Superintendencia de Comunicación. Tiene asesores, intendentes, expertos y analistas. Por sus manos pasan los expedientes abiertos en contra de los medios de comunicación. Y ellos arriesgan conclusiones en sus informes, aunque salgan de su campo de conocimiento.
Pasó, por ejemplo, el 1 de octubre de 2015, cuando los funcionarios de la Supercom emitieron un informe sobre la nota ‘Plomo en medio de chateo’ y concluyeron que hubo un “tratamiento morboso a la publicación y a la información que se desprende”. ¿Con qué criterio llegaron a esa conclusión?
La defensa del diario llamó a declarar a los autores del informe para conseguir una respuesta. “¿Señor Gustavo Vimos, tiene usted título académico en experiencia en psiquiatría que avale técnicamente si algo es morboso o no?”, preguntó el abogado del medio. Respuesta: “No”. “¿Cómo midió de una manera técnica y cuantitativa el morbo de la noticia en los lectores?” Respuesta: “Como institución no tenemos esa facultad para hacerlo”; “¿Elaboró un estudio técnico estadístico, objetivo, independiente que cuantifique el morbo de la publicación en los lectores?” Respuesta: “No, tampoco tenemos esa facultad para hacerlo”.
De todas formas, el diario fue sancionado.
Vimos es, según la entidad, el intendente Nacional de Vigilancia, Monitoreo y Análisis. Acredita un título en Comunicación Social y se define como un profesional “con énfasis en manejo de agenda de medios, coberturas periodísticas”. El actual director de Vigilancia, monitoreo y análisis, Wilman Sánchez, respondió un cuestionario similar. Las respuestas también fueron similares. Él también es comunicador social, estudió en Cuba y tiene un máster en comunicación organizacional.
Los dos funcionarios repitieron su participación en el expediente abierto por la publicación ‘Mujer quemada con ácido’, también de EXTRA. Lo sui generis del caso es que la familia de la mujer afectada fue la fuente de la información y de las fotografías. Pero para ellos, en su informe, se afectó la dignidad de la joven. También hubo necesidad de repetir el interrogatorio sobre las credenciales psicológicas de los comunicadores.
Ellos y los demás expertos tienen una huella digital escasa: en algunos casos es posible encontrar en la red su tesis de grado, en ninguno hay referencias académicas o publicaciones recientes.