Las deudas del presidente
El país votó el domingo pasado renovando esperanzas por un mejor futuro. Sin dudas el pronunciamiento es un respaldo al actual presidente por su decidido enfrentamiento con los errores y excesos del anterior gobierno, por haber privilegiado su lealtad con el país, con la democracia. La ciudadanía percibe un cambio y disfruta de ese derecho que tanta lucha y sangre costó a la humanidad, que es la libertad, por la que ofrendaron su vida líderes como Bolívar y Alfaro.
El Ecuador necesita construir un mañana menos incierto, menos inseguro, con mayor desarrollo económico, con más empleo, con bienestar social; eso es fácil decirlo, cómo hacerlo y hacerlo bien exige sensatez, conocimientos, experiencia. El presidente debe admitir que este no es un triunfo partidista, abandonar prejuicios ideológicos. Necesita, a través del diálogo, construir consensos en función de objetivos nacionales. No se trata de que todos se pongan de acuerdo en todo; las sociedades son heterogéneas, la homogeneidad no existe, pero entre sus urgencias está el honrar su palabra: “todo con ustedes, nada sin ustedes”, como lo repitió varias veces. Si actúa así, si no se deja seducir por el adulo de unos pocos, incrementará la confianza ciudadana. No puede ser débil en la lucha contra la corrupción; debe buscar, con ayuda internacional, recuperar el dinero robado al país y depositado en paraísos fiscales; transparentar la situación del seguro social, reformar la Ley de Comunicación y terminar con los justicieros de la Superintendencia de Comunicación.
El presidente después de la consulta adquirió una deuda con el Ecuador profundo de todas las
El presidente debe admitir que este no es un triunfo partidista, abandonar prejuicios ideológicos. Necesita, a través del diálogo, construir consensos...’.
regiones y sectores sociales, en especial con quienes viven de su trabajo esforzado y honorable, con los que silenciosamente labran la subsistencia de la patria. No puede permitir que aquellos que dejan de ser auténticos servidores públicos al ser investidos de algún poder, crean que tienen el derecho de obrar asumiendo discrecionalmente atribuciones que no les competen. Hay que sepultar todo vestigio de arbitrariedades, que es lo que caracterizó al gobierno del Ec. Correa y sus colaboradores cercanos.