Catástrofe sanitaria 6
Hoy cierro la dolorosa reseña histórica de la catástrofe debida a la ausencia, por una década, de una institución, el Ministerio de Salud Pública, que durante el tsunami socialista del siglo XXI, de manera miserable y malévola, destruyó las conquistas de ministros anteriores que se entregaron con entusiasmo y profesionalismo al servicio de los ecuatorianos. No mencionaré las construcciones en salud, que como todos sabemos interesan a funcionarios proclives a recibir comisiones.
El trato de las enfermedades catastróficas, deplorable a causa del descuido criminal en la atención a los pacientes con miastenia gravis, empezó con el Acuerdo Ministerial No. 00001829, en el que por ignorancia, el ministro encargado omite incluir como correspondía a esta enfermedad entre las catastróficas y paradójicamente, inscribe otras que jamás se han diagnosticado en el país.
A las ministras de turno se les sugirió muy comedidamente que hicieran un pequeño “addéndum” para corregir tamaña injusticia, pero ninguna nos hizo caso.
Para sobrevivir, los pacientes deben tomar a diario entre 4 y 12 tabletas de bromuro de piridostigmina y habiendo en bodega una de excelente calidad -Mestinon-, una médica del hospital Guayaquil, de manera irresponsable, arbitraria, unilateral e inconsulta, hace importar desde Colombia una similar “más barata”, Migraxdol (bromuro de piridostigmina), que la Arcsa, recomendó no consumir, dispensar o administrar luego de analizarla. A su vez, informó también a los profesionales de la salud y a la ciudadanía en general, que no deben prescribir, dispensar, ni administrar el producto Migraxdol debido a que no cumple con las especificaciones técnicas necesarias para garantizar su calidad, seguridad y eficacia, representando un riesgo para la salud de la población, al no tener respaldo terapéutico, lo cual ha puesto en peligro la vida de quienes padecen este mal.
Ante esta carencia, los pacientes morirán en pocas semanas por no tener medicina para tratar su padecimiento, lo cual es por parte del MSP un atentado sin nombre, por no decir un crimen de lesa humanidad.
Y sigo andando…