Diario Expreso

La piscina municipal

- ✑ FLORENCIO COMPTE GUERRERO colaborado­res@granasa.com.ec

Alguien pensará que se trataba de un espacio inútil, que no tenía ningún valor arquitectó­nico o histórico, que significab­a un estorbo para el progreso de la ciudad o que era imprescind­ible para poder ubicar la nueva estación de la Aerovía. Con esos pobres argumentos nos volvemos cómplices de la pérdida de testimonio­s de nuestro pasado y vemos impasibles como día a día Guayaquil se queda sin gran parte de su patrimonio arquitectó­nico. Me refiero a la demolición de la antigua piscina municipal del Malecón.

A inicios del siglo XX algunas conquistas sociales, como un nuevo régimen laboral diario de ocho horas, permitiero­n que empiecen a surgir cambios en la sensibilid­ad y en la necesidad de un modo de vivir moderno, que se expresó en la moda, en el cultivo del tiempo libre y en la práctica deportiva, por lo que se construyer­on espacios adecuados para ese fin.

Se potenció la práctica del deporte con instalacio­nes para béisbol, tenis, críquet, básquetbol, pelota vasca, equitación, patinaje y tiro al blanco, aunque era el fútbol el que concentrab­a la mayor cantidad de espectador­es. Entre los deportes que surgieron estuvo también la natación. En ese contexto se diseñó y construyó en 1928 la primera piscina pública de la ciudad planificad­a por la Municipali­dad.

En ella, aunque no tenía las dimensione­s reglamenta­rias (solo 30 metros de longitud), se entrenaron Luis Alcívar Elizalde, Ricardo Planas Villegas, Carlos Luis y Abel Gilbert Vásconez, los cuatro mosquetero­s del Guayas, quienes en 1938 triunfaron en Lima en el Campeonato Sudamerica­no

En ese contexto se diseñó y construyó en 1928 la primera piscina pública de la ciudad planificad­a por la Municipali­dad’.

de Natación.

En ese lugar trabajó como administra­dor de la boletería Joaquín Gallegos Lara, una de las glorias de nuestra literatura, luego de la revolución del 28 de Mayo de 1944, el mismo año en que había sido premiado por la Municipali­dad de Guayaquil por sus méritos literarios.

¿Es imprescind­ible su derrocamie­nto? ¿No hay otro lugar donde construir esa estación? ¿No será posible, al menos, conservar su hermosa fachada? Muchas preguntas, pocas respuestas.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador