Un triunfo que merece cuidado
Los miembros de Alfaro Vive Carajo, al son de no gustarles el sistema jurídico vigente, se alzaron en armas, secuestraron y asesinaron. Así lo decidieron. Libremente eligieron violar los derechos humanos de la sociedad con el ánimo de ser reconocidos en su razón de ser.
La asambleísta Aguiñaga y otras tantas, al son de pensar que la consulta popular del domingo 4 de febrero era ilegal votaron que No en las siete preguntas. Exhibieron orgullosas sus papeletas rayadas con un No que les negaba a los niños abusados poder ejercer la acción penal contra sus violadores, sin importar el tiempo que pase. Eligieron menoscabar los derechos humanos de los pequeños a cambio de pavonearse con la soberbia en la razón que dicen tener.
También he pensado en las personas que mediante últimos decretos ejecutivos firmados por Correa se beneficiaron de amnistía. ¿Qué estarán haciendo? Este pensamiento coincide con el recuerdo de los actos vandálicos que sucedieron en la campaña que lideró el No y, también en aquellos grupos de choque que, en el correísmo, fueron formados. Elementos sueltos que en un gobierno con las características de Moreno pueden entrelazarse peligrosamente y producir ataques y caos con el propósito de romper la frágil calma que se anuncia. Todo puede suceder cuando un desquiciado y sus seguidores darían media vida por someter a todo un país.
Por ello Moreno tiene que cuidarse y cuidar de nosotros con un sistema de inteligencia que sirva a la democracia y nos aleje de los afectados por la adicción al poder.
Hablando de inteligencia, ¿por qué Correa dijo saber quiénes fueron los autores del ataque en Esmeraldas? ¿Por qué le cambiaron el lugar para rendir versión libre y voluntaria en investigación de corrupción?
Acepte mi consejo presidente Moreno, duerma con un ojo cerrado y otro abierto; no se olvide que estando dentro del Gobierno es donde se forman los futuros enemigos de los actuales aliados políticos.