EE. UU. logra un acuerdo presupuestario bipartidista
El pacto de republicanos y demócratas da dos años de estabilidad al Gobierno Federal ❚ Pero, deja a los jóvenes inmigrantes bajo la amenaza de deportación
La mayoría republicana y la oposición demócrata del Senado de Estados Unidos alcanzaron ayer un acuerdo presupuestario de dos años que, de ser aprobado, evitará una inminente crisis fiscal. Pero el espinoso tema de la inmigración quedó postergado.
El compromiso anunciado eleva los topes presupuestarios para 2018 y 2019, acabando con la financiación a corto plazo que se había vuelto la norma y evitando que el Congreso cambie drásticamente las prioridades del gasto federal.
“Nadie va a decir que es un acuerdo perfecto, pero hemos hecho todo lo posible para encontrar un terreno común”, dijo el principal senador de la bancada republicana, Mitch Mcconnell en el hemiciclo.
Pero el compromiso aún debe aprobarse en el Senado y la Cámara de Representantes, donde pueden no apoyarlo los conservadores y los demócratas más radicalizados con la reforma migratoria.
El acuerdo, que lleva meses de discusión, aumenta el gasto militar y no militar dispuesto por el Congreso en 2011. También garantiza fondos para paliar los efectos de desastres naturales, desarrollar infraestructura y luchar contra la epidemia de adicción a los opioides.
La Casa Blanca reaccionó positivamente. “Estamos contentos con la dirección en que avanza”, dijo la portavoz Sarah Sanders. Pero queda mucho antes de que el presidente Donald Trump lo promulgue.
“Ahora tenemos que terminar el trabajo”, dijo el demócrata Chuck Schumer. Lo urgente es aprobar una nueva medida sobre el gasto antes de la medianoche de hoy (05:00 GMT mañana). De lo contrario, se producirá un nuevo cierre parcial del gobierno federal por falta de fondos, como ya ocurrió durante tres días a fines de enero.
Para evitar esto, el Congreso quiere votar seis semanas de asignaciones adicionales, hasta el 23 de marzo, de manera de dar tiempo a los legisladores a transcribir el acuerdo alcanzado en un proyecto de ley.
La oposición ha supeditado el debate presupuestal a la regularización de cientos de miles de jóvenes indocumentados, y los republicanos la responsabilizan de provocar por ello la reciente parálisis gubernamental.
Estos jóvenes, llamados ‘dreamers’, estaban amparados contra la deportación por el programa DACA, creado por el expresidente Barack Obama y derogado en septiembre por Trump, que pasó la posta al Congreso para que legisle sobre el tema.
A partir del 5 de marzo, el Gobierno advirtió que ya no renovará los permisos DACA: casi mil jóvenes ilegales serán pasibles de deportación cada día.
Sin embargo, esta fecha fue impugnada por un juez federal en San Francisco, que ordenó continuar renovando las licencias DACA. El Gobierno apeló a la Corte Suprema. Pero la suerte de los ‘dreamers’ quedó por el camino en el debate presupuestario. Por el momento, la discusión sobre el tema solo está prevista en el Senado.
EL DETALLE Acuerdo. Ambos partidos cerraron un acuerdo que aumenta el techo de gasto en 300.000 millones de dólares durante dos años. RELACIONADAS