El Chelsea de Conte se deshace
oy un ganador!”, exclamó con fervor Antonio Conte, que vive uno de los momentos más delicados en el Chelsea desde que llegase al banquillo en julio de 2016.
El técnico italiano, después de que su equipo perdiera estrepitosamente ante el Watford (4-1), y sumase su segunda derrota consecutiva en la Premier, ofreció una rueda de prensa cargada de pasión. Apuntó contra todos, y fiel a su carácter volcánico, se quedó a gusto. “¿Creéis que los jugadores tienen el poder de convencer al club de que despida a un entrenador si no cuenta con su apoyo? Solo aquí pensáis así y es un error. Cuando era capitán de la Juventus nunca hablé de un entrenador. Y si alguna vez me preguntaron, les dije que no era mi problema”, aseguró Conte ante una sala de prensa expectante. “No estoy preocupado por mi trabajo. Trabajo todos los días y doy el 120 por ciento. Si esto es suficiente, está bien. De lo contrario, el club puede tomar una decisión dife- rente. Puedo ser el entrenador del Chelsea, o no. ¿Cuál es el problema? Mi conciencia está tranquila”, se vació.
El Chelsea es cuarto en la clasificación con 50 puntos, solo uno por delante del Tottenham, y a 19 del Manchester City. A estas alturas de campeonato, con 26 jornadas disputadas, los Blues eran líderes la temporada pasada con 63, en una liga que terminarían llevándose a falta de dos jornadas para el final. Hoy el panorama, con el Barcelona esperando el 20 de febrero en la ida de los octavos de la Champions, es radicalmente distinto. Tanto, que la continuidad de Conte se encuentra en el aire. Y su recambio, según se apunta desde Inglaterra, podría ser Luis Enrique, exentrenador de los azulgranas. “Creemos en él”, le defendió Courtois tras caer en Vicarage Road. “A pesar de los últimos dos resultados, seguimos entre los cuatro primeros, y nuestra participación tanto en la FA Cup como en la Champions asegura que todavía hay una posibilidad de terminar con un trofeo”, dijo Azpilicueta. El discurso de los jugadores, más reflexivo de lo esperado, no encontró réplica en su entrenador, que dejó claro a qué achacaba el rendimiento actual de su equipo. “Jugar para un gran club significa que debes tener personalidad. Es fácil jugar cuando tienes confianza, y en este tipo de situaciones puedes ver quién juega con la personalidad y arriesga algo”, apuntó el italiano, cuya relación con el presidente Abramovich se enturbió tras el enfrentamiento de este con el atacante Diego Costa. Desde que el multimillonario ruso compró el Chelsea en 2003, 12 directores técnicos han desfilado por el banquillo de Stamford Bridge.
Los Blues entraron en colapso a poco días de enfrentarse al Barcelona, por los octavos de final de la Champions League.
EL DETALLE El presidente está harto de ponerse en manos de los futbolistas y destituir al DT sería reconocer que la plantilla ha ganado el pulso. PARA SABER