“Un niño y un hijo: aunque parezcan iguales, no lo son”
Estos dos términos no son sinónimos y paso a demostrarlo: todo niño es un hijo pero no todo hijo es un niño. Definitivamente todas las personas son hijos y en la mayoría de los casos no son niños como por ejemplo nuestros padres, abuelos, bisabuelos y todas las generaciones anteriores, actuales y posteriores reúnen las condiciones que son hijos e inclusive los que ya no están en este mundo también fueron hijos.
A los hijos se les da la denominación de prole. Para los padres lo más importante, fundamental en esta vida son nuestros hijos, ellos se constituyen en nuestra alegría, además, se convierte en la prolongación de la existencia.
Un filósofo señaló que “para sentirse realizado las personas deben escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo”
El primero de junio los que impulsan las efemérides que son con fines comerciales, que promueven estas o celebraciones por cualquier motivo, casos, cosas o razón, incluyendo las fiestas de los pueblos, se han olvidado colocar en el calendario un día importante como sería una fecha en homenaje al hijo, para que nosotros los padres podríamos entregarles todo nuestro cariño de reconocimiento de profundo amor filial.
Finalmente quiero proponer que el día del hijo se celebre el 24 de diciembre en la cual Dios entregó a su hijo para difundir el pensamiento cristiano e inclusive la mayoría del mundo celebra en ese día la llegada del Niño Dios.
Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo