Pyeongchang, fiesta de paz
Y Una histórica y emotiva ceremonia abrió ayer los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, en los que Ecuador desfiló por primera vez en 94 años de creación con Klaus Jungbluth como su único deportista, pero donde los focos estuvieron en la escenificación el acercamiento de las dos Coreas con su desfile conjunto bajo una sola bandera y la inusual presencia de autoridades norcoreanas.
La aparición de los dos países, partidos desde 1945 y técnicamente aún en guerra, fue el epicentro de la inauguración y desató una sonora ovación de los 35.000 espectadores que llenaron el estadio olímpico del condado surcoreano.
2.925 DEPORTISTAS de 92 países diferentes competirán por 102 oros en los XXIII Juegos Olímpicos de Invierno, los mayores hasta la fecha.
Bajo la bandera con la península coreana en azul sobre un fondo blanco y liderados por la jugadora norcoreana de hockey sobre hielo, Hwang Chung-gum, y el piloto surcoreano de bobsleigh (trineo ligero), Won Yunjong, más de un centenar de deportistas de ambos países desfilaron entusiasmados y juntos, algo que no se veía en unos Juegos desde Turín 2006.
En el estadio se entonó el ‘Arirang’, canción tradicional coreana, que es considerada el himno no oficial de los dos países y que narra la dramática historia de dos amantes que han sido separados.
A su vez, la atención se centró casi por igual en el palco de autoridades, en el que se sentaron el presidente honorífico de Corea del Norte, Kim Yong-nam, y Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, que ha sido el primer miembro de la dinastía Kim en viajar al país vecino.
En el mismo palco estuvieron también mandatarios que hasta hace unos meses no se habrían sentado junto a la pareja norcoreana: el vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el presidente del país anfitrión,