El derecho a la salud
El papa Juan Pablo II instituyó en mayo de 1992 al 11 de febrero como el día destinado a cumplir la Jornada Mundial del Enfermo. En el Ecuador deberíamos conmemorar la fecha con entusiasmo, dado que el nuestro es un pueblo enfermo con todo tipo de patologías. Mírese sino el texto elaborado recientemente por la Plataforma por la salud y la vida, a la que adhieren un importante grupo de organizaciones preocupadas por el devenir de la atención de la salud de los ecuatorianos.
No queda claro todavía por qué tuvo que cerrarse un hospital especializado como el Neumológico Alfredo Valenzuela que, lleno de problemas, como todos, bien se hubiese podido entrar a resolvérselos antes que proceder, aduciéndolos, a cerrarlo intempestivamente. Valga decir que con ese criterio como justificación no quedaría en pie institucionalidad alguna, de salud o de cualquier otro sector, pues las ratas de todo tipo aún pululan en ellas.
Resulta una paradoja cruel, en un país pobre y saqueado de manera tal que espeluzna, que por un lado se inauguren hospitales, construidos irrespetando especificaciones técnicas y con sobreprecio, y por otro se cierren centros de salud que han estado prestando invalorables servicios a la comunidad.
Por otra parte, el tema tampoco es construir más hospitales. Parece que sigue siendo válido aquello de “menos ladrillos y más vacunas” propuesto durante un breve ejercicio ministerial.
Obviamente, el énfasis que ahora cabe plantear es el de la promoción de la salud de los ecuatorianos, sin que ello, por supuesto, signifique abandonar la atención de la enfermedad.
No son antagónicos la promoción
Consta como tal derecho en la Constitución pero es letra muerta para un alto porcentaje de ecuatorianos’.
de la salud con la prevención y la atención de la enfermedad. Por el contrario, un sistema de salud digno del nombre debería tener fuertemente constituidas las tres áreas.
Al respecto, sea oportuno el presente cañonazo para insistir en que los proyectos de nuevo Código de Salud no dejen fuera la recuperación del Consejo Nacional de Salud, espacio imprescindible para el diálogo y la coordinación de los múltiples actores que trabajan por alcanzar “más y mejor salud para todos”.