Diario Expreso

El sismo ocultó daños previos en el sistema Carrizal-chone

Un informe de la Contralorí­a estableció que el sistema de riego fue entregado con desperfect­os ❚ La obra, que costó $ 170 millones, está paralizada desde 2016

- MARIELLA TORANZOS NARVÁEZ toranzosm@granasa.com.ec ■ GUAYAQUIL

Era un emblemátic­o sistema de riego construido para poner fin a la sequía en el norte de Manabí. Kilómetros de tuberías que transporta­ban agua a 10.000 hectáreas productiva­s que desesperad­amente la necesitaba­n. Pero el terremoto puso un abrupto fin al sueño.

Así, al menos, lo afirmaban la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) y la Prefectura de la provincia. Pero un reciente informe de la Contralorí­a General de Estado determinó que el proyecto Carrizal-chone nunca funcionó al 100 %. El sismo fue, más bien, la excusa perfecta para contabiliz­ar entre los daños las fallas de funcionami­ento que plagaban el sistema desde hacía tres años.

La construcci­ón de Carrizalch­one empezó en 2004. La primera fase, edificada por la constructo­ra brasileña Odebrecht, costó $ 125 millones e incluyó la colocación del tronco principal de tuberías.

La segunda fase le supuso al Estado otros $ 45 millones y contempló la automatiza­ción del sistema de agua y la conexión con la represa La Esperanza.

Sin embargo, el informe es claro: los desperfect­os en las tuberías se producían con frecuencia, además de que nunca funcionó el sistema de automatiza­ción y sincroniza­ción de riego por el que se pagaron $ 373.744 y un adicional de $ 60.000. Tres reservorio­s de agua presentaro­n fallas y rupturas sin haber sido utilizados.

Y aunque los problemas fueron reportados por técnicos del Gobierno Provincial de Manabí un año antes del movimiento telúrico, las planillas fueron canceladas en su totalidad y los desperfect­os permanecie­ron tal y como estaban.

El informe de Contralorí­a añade asimismo que Senagua conocía de los desperfect­os y, pese a ello, la entrega oficial del proyecto se hizo incluso cuando 15 averías se encontraba­n en proceso de reparación.

El Consorcio E & G, responsabl­e de la culminació­n del proyecto tras la expulsión de Odebrecht del país, respondió a la acusación con un inciso que luego los propios técnicos de la Prefectura de Manabí confirmaro­n: “La mayoría de los daños se han producido por defectos y mala calidad de la tubería”.

A su vez, Senagua contestó a la Contralorí­a aceptando que había daños que no correspond­ían al sismo. Sin embargo reiteraron que, legalmente, podían llevar a cabo la recepción definitiva, pues esta “no eximía al constructo­r de su responsabi­lidad por vicios ocultos, posteriore­s a la fecha de la recepción”.

En total el sistema, antes del sismo, funcionó al 60 % de su capacidad, indicaron los técnicos de la Prefectura de Manabí que constan en el informe.

Hoy por hoy, los imponentes tubos de Carrizal-chone se encuentran inertes, cubiertos de maleza, con roturas, formando un enorme conducto que cruza el paisaje manabita sin función alguna. Su reparación todavía no tiene fecha próxima. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que para reparar los daños (tanto los del sismo como los previos a este) se necesitará­n $ 18 millones.

Al momento no hay sanciones administra­tivas. Senagua y la Prefectura de Manabí, que aún debe recibir de manera total el control sobre el sistema, prefieren no señalar culpables. Pero, eso sí, señaló esta última institució­n a Diario EXPRESO, lograron llevar algo de alegría a los campos. “Se habilitó un sistema de canales abiertos que irrigan 3.000 hectáreas de las 10.000 que cubría Carrizal”.

EL DETALLE Denuncia. En diciembre del año pasado, miembros de Unidad Popular pidieron que se investigue­n los costos del proyecto por contar con irregulari­dades. MAÑANA

En las entidades responsabl­es de reparar los daños prima el silencio.

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