Unidad contra el narcoterrorismo
EDITORIAL
De manera general se espera poco de las reuniones internacionales. Es habitual decir que solo sirven para establecer acuerdos que no se cumplen y que después dan paso a las respectivas jornadas con los medios de comunicación colectiva, que luego permitirán ver en primera página la foto de los protagonistas de mayor relevancia.
Con la más reciente costumbre de las reuniones binacionales el escepticismo es semejante y en el mejor de los casos, a ese tipo de contactos al menos se les atribuye el mérito de permitir momentos de diálogo directo, aunque posteriormente no ocurra nada.
Pareciera que el gobierno actual del Ecuador y su par colombiano han recogido críticas como las que anteceden y la reunión del VI Gabinete Binacional, ocurrido en la ciudad de Pereira, estuvo mejor preparada y ha dado frutos ostensibles.
Cabe resaltar, aunque en las relaciones con Colombia hay espacio para muchos temas, el hecho de que al fin se admite, tras el atentado narcoterrorista en Esmeraldas, que la seguridad fronteriza es un asunto a ser abordado de manera binacional y por tanto, se ha restablecido un fluido diálogo, que nunca debió cesar, entre las partes involucradas en garantizarla.
Es al respecto punto importante el logro de que el vecino del norte asuma como responsabilidad a compartir la vigilancia de la frontera común y destine 10.000 de sus soldados al cumplimiento de dicha tarea, reconociendo que antes no lo hizo y ello propició asentamientos guerrilleros en dicha zona. Se ha propuesto igualmente “empezar la creación de
Es grato destacar logros concretos en la reciente reunión del Gabinete Binacional con Colombia’.
una fuerza de tarea conjunta”.
Es notable asimismo la sensación de que ahora ya no se sataniza el intercambio de información entre los cuerpos encargados de labores de inteligencia.
Por supuesto, no solo con soldados se logrará que en dichos territorios se incremente el control; la paz llegará con el desarrollo, y por ello es grato conocer que se ha resuelto la creación de un fondo binacional de atención fronteriza, a pesar de que todavía sea exiguo el monto destinado a ese inexcusable propósito.
Sin dejar de revisar lo hasta ahora cumplido, se firmaron 80 nuevos compromisos, entre otros el de prestaciones de salud gradualmente incrementadas, para ecuatorianos en Colombia, tal cual ocurre con los colombianos en el Ecuador.
Sin duda, gran momento de las relaciones con Colombia.