“Nuestros reales adversarios son la corrupción, la pobreza y el desempleo”
nte los últimos acontecimienatos
que estamos viendo en la Asamblea Nacional da mucho que desear por el bien del país, estimo prudente hacer un llamado a la sensatez a las corrientes políticas que la conforman; a que hagan debates francos y transparentes, al respeto a las ideas del adversario político, llegar a consensos o acuerdos que vayan en beneficio de la Nación.
A mis años vividos, he aprendido que más que diatribas y ataques, deberían ustedes trabajar para restaurar la confianza y la esperanza de los ciudadanos, que transforme las injusticias e indolencias en generadoras de equidad y bienestar colectivo.
Honorables asambleístas, nuestros reales adversarios son la corrupción, la pobreza que se ve en las caras y cuerpos desnutridos de nuestros niños, que el desempleo, que más que una simple estadística es una humillación al pueblo, especialmente a nuestra juventud, la inseguridad, la cual no es un concepto abstracto, es un problema que no se puede describir con palabras sino con acciones eficientes para eliminarla, educación deficiente; en donde ser pillo o corrupto es una conquista, salud colapsada, en una nación sitiada y degradada por la indiferencia social; estos y otros graves problemas son nuestros verdaderos adversarios. ¡Honorables asambleístas, no sigan jugando con fuego se pueden quemar!
Eco. Mario Vargas Ochoa